viernes, 30 de mayo de 2008

Cine palestino: Inrevención Divina

Nazaret, Ramala, Jerusalén. Nada ocurre, nada avanza. Todos prenden sus cigarrillos y esperan, nadie llega. Un hombre que se para en una estación de autobuses en la que no pasan autobuses. Un niño con la camiseta de Barza que domina la pelota, hasta que va a parar a las manos de un vecino que se la pincha ante la impasible mirada de dos ancianos que no se mueven de sus sillas. Dos vecinos que diariamente se tiran mutuamente la basura cada uno al patio del otro. La misma casa que sufre periódicamente ataques con explosivos y disparos de metrallas. Dos amantes que se tocan apasionadamente las manos, nada más que las manos.

Esas son algunas de las escenas que conforman la secuencia inconexa y surrealista que es la película "Intervención Divina" del director Elia Suleiman, ganadora del Premio del Jurado del Festival de Cannes en el 2002. La primera mitad de la película me recordó constantemente a "Esperando a Godot" de Samuel Beckett, sólo que con un enfoque mucho más visual y menor énfasis en los diálogos. Al igual que en la obra de teatro Irlandés las escenas se repiten, pero muchas más veces. La diferencia consiste en que en la película de Suleiman, Godot si se digna a intervenir, en la figura de una mujer que sólo con su mirada es capaz de desmantelar puestos de control del ejército israelí:



Ya he dicho que la película es surrealista, no tiene sentido condenar sus incoherencias. Sin embargo, al ver esta escena no pude dejar de pensar que para una mujer vestida así caminando por las calles de Ramala, no son precisamente los soldados israelíes el mayor peligro que tendría que afrontar.

Como he dicho, la película no viene a representar la realidad exterior, sino más bien un sentimiento interno, un sentimiento de opresión, de desesperación, de estancamiento. Un sentimiento que despierta fantasías de venganza:



Para un israelí la escena anterior es difícil de digerir. Hay otras menos duras aunque también bastante provocativas, como la del globo con la cara de Arafat que se poza sobre el Domo de la Roca, o el colono que queda hipnotizado al compás de la música árabe. Antes de que algún grupo de colonos me busque para lincharme por hacerles eco, permítanme señalar que en muchas otras escenas Suleiman también destaca y protesta contra una mentalidad árabe que los lleva a hacerse daño entre ellos de manera constante, dejando claro que son los autores de su propia desgracia, al menos en parte. Y aunque no se resalta, la película muestra que esos mismos israelíes a los que sueñan con matar son quienes atienden los hospitales que tratan a sus pacientes.

Los que busquen una película de acción, no se dejen engañar por las dos escenas seleccionadas para ilustrar este artículo. La película es lírica y muy lenta, casi sin diálogos, con muchas repeticiones y casi sin mayor acción de la ya expuesta aquí. Para el que le gusta el cine de calidad y se interesa por el cine palestino, se la recomiendo efusivamente. Israelíes: respirar hondo y relajarse antes de empezar, intentar mantener la calma.


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viernes, 23 de mayo de 2008

¿Paz con Siria?

El pasado martes se anunció en forma simultanea en Damasco, Jerusalén y Áncara que se están llevando a cabo negociaciones indirectas entre Israel y Siria con la intermediación de Turquía.

En Israel la noticia fue recibida con bastante escepticismo. Según la oposición se trata de un truco destinado a desviar la atención pública de la investigación policial contra Ólmert, por las sospecha de que recibió durante años donaciones ilegales de dinero, que podrían ser consideradas como coima. Es evidente que las negociaciones con Siria empezaron mucho antes que la reciente investigación policial. De hecho, negociaciones similares ya habían sido conducidas por tres primeros ministros anteriores, Itzjak Rabin, Ehud Barak (actual ministro de defensa) y Benjamín Netaniahu (actual líder de la oposición). Dudo que el presidente de Siria, Assad, tenga especial interés por la supervivencia política de Ehud Ólmert. Sin embargo, el hecho es que el anuncio sale a la luz justo en la misma semana que la policía requiere a Ólmert para que responda a sus preguntas, mientras que la fiscalía intenta obtener permiso de la corte para tomar declaración por adelantado al testigo principal.

En lo personal, estoy a favor de las negociaciones con Siria, estoy a favor Israel se retire del Golán, territorio conquistado a Siria en la Guerra de los Seis Días en 1967 y que Siria exige le sea devuelto a cambio de la paz. Agradezco a Ólmert éste nuevo paso, pero le pediría que se haga a un lado y deje que sea otro quien complete el proceso. Cuanto antes lo haga mejor. De todos modos, en el más optimistas de los escenarios, no se puede llegar a un acuerdo definitivo antes de mediados del 2009, luego de que el próximo gobierno de Estados Unidos se haya acomodado. Los Sirios exigen que en las etapas avanzadas del proceso, el mediador sea Estados Unidos, así podrá disfrutar beneficios económicos y militares como los que EEUU otorga a Egipto desde que firmó la paz con Israel en 1979. Hay que aprovechar ese tiempo para poner al frente del país a un líder que cuente con el apoyo popular, cuyas acciones no sean juzgadas constantemente bajo la sombra de las investigaciones por corrupción que penden sobre su cabeza.

Algunos dirán que si el que remplaza a Ólmert resulta ser Netaniahu, líder del partido derechista Likud, las posibilidades de llegar a la paz se verán disminuidas. Detesto a Netaniahu por muchos motivos que quizás detalle en otra ocasión, aún así, en estos momentos ni siquiera él me parece peor candidato que Ólmert. Fue líder del likud también Menajem Beguin, quien firmó la paz con Egipto. Fue el "halcón" Ariel Sharón, también desde el Likud (aunque luego se separó y formó Kadima) quien retiró a Israel de la Franja de Gaza. Todos los primeros ministros desde Beguin en adelante se han volcado más hacia la izquierda mientras estuvieron en el cargo, Netniahu incluido. Ahora que está en la oposición puede jugar a hacerse el intransigente, pero llegado el momento de la verdad confío en que bajará a tierra.

En los que me cuesta más confiar es en los Sirios. ¿Están los sirios dispuestos a dar su parte? ¿Dejarán de apoyar a Irán, Hamás y Hezbolá? Por ahora siguen declarando que no lo harán.

martes, 20 de mayo de 2008

Me voy a la guerra

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lunes, 19 de mayo de 2008

Una palabra vale más que mil imágenes

En un post anterior decía que a la hora de juzgar el conflicto palestino-israelí lo que cuentan son las fotografías. No he sido preciso. Sin una buena fotografía no hay historia que llegue al corazón del televidente o del lector, sin una buena imagen no hay cuento que contar. Pero lo que hace la diferencia es el relato que rodea a la imagen, la narración que lo enmarca.

Quino, el dibujante Argentino creador de Mafalda, lo ilustra magníficamente en su libro "Cuanta Bondad".






sábado, 17 de mayo de 2008

Hamás: la libertad de un israelí vale más que la de 400 palestinos

Leo hoy en ynet (en hebreo) que las negociaciones entre Israel y Hamás por la liberación del soldado Guilad Shalit siguen estancadas. Hamás sigue exigiendo la liberación de 450 presos palestinos a cambio del ciudadano israelí, incluyendo a algunos "peces gordos", responsables de la muerte de decenas de civiles israelíes cada uno. De la lista que de presos que exige Hamás, las autoridades israelíes estarían dispuestas a liberar "sólo" a 75, propuesta que el Hamás rechaza de plano.

Guilad Shalit fue secuestrado por Hamás hace casi dos años, unas tres semanas antes de que estallara la guerra entre Israel y el Líbano del 2006. Desde que termino la guerra se han llevado a cabo negociaciones en forma intermitente, bajo la intermediación de los egipcios, para llegar a un acuerdo de intercambio de prisioneros, que hasta ahora no ha arrojado resultados.

No es la primera vez que un grupo como Hamás quiere intercambiar un único israelí por centenares. El último caso fue el empresario israelí Elchanan Tannenbaum, secuestrado por Hezbolá en octubre del 2000, cuya libertad Israel canjeó por la de 435 prisioneros libaneses en el 2004. Israel recibió también los cadáveres de tres soldados israelíes secuestrados en el 2003, dos druzos y un judío, para que sus familiares pudieran enterrarlos. El trato provocó duras críticas de la opinión pública israelí, fortalecidas por el hecho de que Tennembaum era un traficante de drogas que fue juzgado y encarcelado en Israel apenas regresó. El entonces Primer Ministro Ariel Sharón, se desentendió de las protestas y mantuvo la tradición según la cual no se deja a un israelí capturado en manos del enemigo, sea cual sea el costo que haya que pagar para traerlo de vuelta. Ehud Ólmert rompió con esta concepción cuando declaró que no negociaría la liberación de los dos soldados israelíes tomados por Hezbolá en el 2006, Goldwaser y Reguev, tras cuyo secuestro estalló la Guerra del Líbano. Desede entonces su postura parece haberse flexibilizado, pero tampoco se ha conseguido nada aún.

El asunto de los secuestros pone a Israel en uno de esos dilemas imposibles que caracterizan el conflicto. Por un lado Sharón tenía razón, no podemos abandonar a los nuestros bajo nunguna circunstancia. Por otro lado, si Israel libera todos esos presos, hay un riesgo muy alto de que varios de ellos causen en un futuro cercano nuevos asesinatos y secuestros de ciudadanos israelíes, cosa que también es imprescindible evitar. Hamás no comparte ese problema, poco pierde si el trato no se lleva a cabo, para quien envía a sus integrantes que se hagan explotar, dejar que uno o mil se pudran en la cárcel no es demasiado sacrificio, Alah ya habrá de recompensarlos cuando les llegue el momento.

Hay quienes dirán que los palestinos valoran tan poco su propia vida y libertad, porque llegan a un estado tal de desesperación en el que la vida realmente no lo vale. Es cierto. Pero se trata del huevo y la gallina. Las consecuencias de los actos inspirados en la filosofía según la cual "más vale morir si con ello consigo al menos llevarme conmigo unos cuantos judíos", traen más desesperación. Al respecto recomiendo ver la película palestina ganadora del Globo de Oro en el 2006, Paraíso Ahora.

viernes, 16 de mayo de 2008

Estados Unidos. Rencor como sudamericano, agradecimiento como israelí.

El discurso de Bush en la Knesset en honor al 60 aniversario de la independencia de Israel me ha dejado perplejo. Que yo sepa nunca un premier extranjero ha alabado tanto a Israel y declarado su apoyo con tanta firmeza. Ni siquiera los israelíes compartimos una imagen tan favorable de nuestro país como la que trazó Bush en sus discursos. Probablemente la mayoría esté de acuerdo en los puntos en favor de Israel que señaló el presidente de EEUU, los grandes avances tecnológicos, la democracia, la absorción de inmigrantes, la subsistencia a pesar de los constantes ataques y amenazas. Pero no hay ninguno que no tenga también algún punto en contra que añadir, los israelíes somos muy críticos con nuestro propio país.

Es cierto que la imagen positiva descrita por Bush está un tanto inflada, pero a caballo regalado no se le miran los dientes. Entre tanto ataque, condena y demonización, las refrescantes expresiones de apoyo son más que bien recibidas. No examinaré de cerca las caries en los dientes del caballo, pero no puedo evitar sentir rechazo ante su jinete. Como tantas otras veces, se despiertan en mí sentimientos ambiguos ante Estados Unidos. Como israelí me siento agradecido por el apoyo que nos brinda, sin el cual quizás ya habríamos sido arrojados al mar por nuestros vecinos más hostiles, ante el consentimiento silencioso de lo europeos. Como sudamericano, no puedo olvidarme de que Estados Unidos patrocinó una dictadura en mi país y en varios países de la región.

Tampoco puedo dejar de preguntarme si ese caballo, no es sino un gran artefacto de madera que contiene en su interior las semillas de la futura traición. Estados Unidos dice apoyar a Israel por que Israel es una democracia. Como sudamericano que ha visto a Estados Unidos apoyar a quienes derrocaron gobiernos democráticos contrarios a sus intereses, me resulta difícil tomar este argumento al pie de la letra. Creo que el hecho de que se trate de una democracia es de verdad un factor ideológico de peso, pero no el factor determinante, si Estados Unidos apoya a Israel es primero que nada por interés propio, no por amor a Israel ni por amor a la democracia. Ahora que estamos ligados a Estados Unidos con fuertes lazos de dependencia, el día que la balanza de sus intereses se incline hacia otro lado, qué será de nosotros.

No sería la primera vez que una potencia amiga le vuelve la espalda a Israel. Estados Unidos no siempre fue el principal aliado de Israel, durante los primeros 25 años fue Francia. Francia era el principal proveedor de armamento de Israel, hasta que un buen día decidieron que más les convenía amigarse con los árabes. En plena Guerra de Yom Kipur, Francia optó por embargar a Israel y se negó a enviar armamento de refuerzo cuando Israel estaba al borde de la aniquilación, tras ser tomada por sorpresa durante el feriado más sagrado para el judaísmo, en el que la mayor parte de la población ayuna. Al final Israel salió victoriosa, los sirios y los egipcios no esperaban tener un éxito tan veloz, se tardaron en dar la orden para el golpe final, lo que dio tiempo a Israel para reclutar las tropas y contraatacar. La brillante maniobra militar que Ariel Sharón dirigió en expresa desobediencia a las ordenes de la Primer Ministro Golda Meir, cortó a las tropas egipcias de sus suministros y nos salvó el pellejo. Estados Unidos entró en escena con un cargamento de M-16 usadas. Paralelamente encabezó los esfuerzos por poner fin a la guerra y luego dirigió las negociaciones posteriores al cese del fuego.

sábado, 10 de mayo de 2008

La guerra mediática y el sitio a Gaza.

El conflicto palestino-israelí es un conflicto mediático. Tan importante como las acciones tomadas sobre el terreno por ambos bandos, son los distintos reportes de las mismas que llegan a la prensa. La prensa internacional no sólo refleja la situación sino que influye en la misma de manera considerable. Israel muchas veces ha cancelado, pospuesto o atenuado acciones militares por sus posibles repercusiones en la opinión pública internacional, que tarde o temprano acaban por traducirse en presión diplomática desfavorable a sus intereses.

Un ejemplo es la actual situación en la Franja de Gaza. El gobierno sigue ignorando la presión popular interna que puja por una acción militar a gran escala, que neutralice la capacidad de los grupos paramilitares palestinos de lanzar cohetes contra decenas de miles de civiles que viven en un radio de 20 kilómetros de los límites de la franja. Por ahora Israel se restringe a mantener Gaza bajo sitio. El sitio a Gaza también genera una imagen desfavorable, pero no tanto como lo sería un ataque frontal en una zona densamente poblada en el que inevitablemente morirían decenas de civiles, mujeres y niños incluidos. Las fotografías de madres sosteniendo a sus hijos muertos generan un impacto mayor a la de los conductores de taxis que se han quedado sin gasolina a causa del sitio. Al mismo tiempo, la imagen desfavorable que el Hamás se ha ido ganando, mediante sus constantes ataques intencionalmente dirigidos a la población civil israelí, agravada por las violentas medidas de represión contra los propios palestinos desde que se hizo del poder en Gaza por asalto, permiten a Israel un mayor margen de maniobra.

El actual sitio a Gaza lleva una longitud sin precedentes, desde octubre del 2007. La medida fue tomada como una alternativa al ataque masivo. Si bien ha despertado protestas, no ha sido tan audibles como protestas ante medidas israelíes de represalia anteriores. Quisiera creer que la razón es que el mundo entiende que de alguna manera Israel tiene que defenderse. La gasolina que Israel le niega hoy a Gaza es la que se usa para disparar los cohetes contra su población. No se puede exigir a nadie que le entregue a otra persona las balas para el arma con la que te dispara y pretende seguir disparándote. Más cuando te prohíben devolverle los disparos. Pero no, no es esa la razón, la razón es sencillamente que un sitio, por más duro que resulte para la población que lo sufre, no genera fotografías tan vistosas, no hace tanto ruido.

viernes, 9 de mayo de 2008

60 años de sentimientos encontrados

En el calendario hebreo los días no se cuentan de cero a veinticuatro horas, el día comienza cuando se pone el sol y culmina al atardecer siguiente. Por eso los días feriados se conmemoran de tarde a tarde, como fue el caso del pasado aniversario de la creación de Israel, el Día de la Independencia número 60, que se comenzó a celebrar el miércoles a la tarde y culminó con la puesta del sol de ayer jueves. El día anterior, de la tarde del martes a la puesta del miércoles, se conmemoró el "Día del Recuerdo", día de luto en que se honra la memoria de los civiles y soldados caídos en la lucha por la independencia del estado, los que murieron en la posterior lucha por su subsistencia y las víctimas de los actos de terror, un total de cerca de 25.000 personas.

Todos los años se conmemoran estas dos fechas tan dispares, la de duelo y la de alegría, una enseguida de la otra. El simbolismo es claro, si no fuera por quienes arriesgaron sus vidas por protegernos, no tendríamos un estado libre e independiente por el cual celebrar. Primero se presenta nuestro respeto a quienes pagaron ese precio tan espantosamente alto y sólo después se llevan a cabo los festejos. Como tantas otras veces en la historia del pueblo judío, las desgracias y los éxitos, el llanto y la risa, el tiempo de celebración y el tiempo de luto, se superponen.

Muy bonito el simbolismo, no hay duda. Sin embargo, la decisión tomada por la Kneset en 1963 de fijar oficialmente el Día del Recuerdo justo antes del Día de la Independencia, quizás no haya sido la más acertada. Me pregunto si quien estuvo de luto el miércoles al mediodía - no de luto nacional, sino de luto personal por un amigo o familiar cercano fallecido - realmente puede sumarse a las celebraciones del miércoles a la noche.

Este año además de los dolientes, quedaron excluidos de los festejos también los pobres. No creo que el disparatado gasto estatal de miles de millones de shekels en las celebraciones del Día de la Independencia, pueda dibujarle una sonrisa a quienes sufren de una situación socio-económica que los desfavorece cada vez más. El Ministerio de Economía se niega a subir las pensiones a los jubilados, a aumentar la cantidad de remedios que se reparten en forma gratuita a quienes no pueden acceder a ellos, pero no parece poner serias objeciones ante el despilfarro en actuaciones musicales, fuego artificiales, espectáculos con rayos láser, aviones de combate y paracaidistas. O tal vez me equivoque y la antiquísima política del "pan y circo" (o en este caso sólo circo, que el pan también aumentó su precio) sí dé resultado.

Y ya que hablamos de circo, al payaso ese al que elevamos al rango de dueño de circo hace un par de años, Ehud Ólmert (yo lo voté, confieso mi culpa), parece que se le acaba el número. Ayer fue desvelado el motivo de la última investigación policial abierta en su contra: dinero recibido en forma oculta e ilegal durante los años que fue alcalde de Jerusalén, entregado por un donante norteamericano. Según la legislación israelí ese tipo de envíos pueden ser considerados como coima, aún si el político que los recibe no hace un favor específico al donante. Ólmert ya anunció que renunciaría si el Fiscal del Estado decide presentar la carta de acusación. Parece que por fin va a caer quién sobrevivió a las protestas y reclamaciones populares, luego de su desastroso desempeño en la toma de decisiones durante la Guerra del Líbano del 2006.