viernes, 29 de febrero de 2008

¡¡¡BUUUM!!!

Imagínate que vas por la calle y de repente escuchas una sirena. Un cohete está apunto de caer en las proximidades, tienes que correr a cubrirte en un refugio anti-bomba lo más rápido posible. Si no hay ningún refugio cerca debes correr hacia cualquier otra cosa que puede servirte de protección, la pared de una casa, o mejor, el espacio vacío debajo de las escaleras en un edificio de apartamentos. La sirena pasa, tu estás bien, puede que el cohete haya caído en el otro extremo de la ciudad, con suerte en un terreno baldío. Aún no hay forma de saber dónde ha caído. Imagínate que tus padres están en su casa, tu pareja en el trabajo, tus hijos en la escuela, cada uno en un punto distinto de la ciudad. Imagínate el susto que vas a pasar hasta que puedas contactarlos a todos y asegurarte que todos tus seres queridos están bien. Te enteras que tu vecino se quedó sin techo, el cohete le derribó media casa, pero a Dios Gracias, son sólo daños materiales, el vecino no estaba allí en ese momento. Están todos bien, otra vez alguno de ellos se salvó por unos pocos metros, los niños están bien, algo asustados como es natural, ya se les va pasar. Imagínate que por fin puedes respirar aliviado. Imagínate que cinco minutos después vuelves a escuchar la misma sirena. De nuevo, todos están bien. Imagínate que esta secuencia se vuelve a repetir varias veces ese mismo día y al día siguiente y al siguiente y al siguiente. Así, todos los días, casi ininterrumpidamente, durante años.

Te has imaginado la vida en la ciudad de Sderot.

Los cohetes "Kassam" son proyectiles de fabricación casera de pocos kilómetros de alcance y carentes de precisión. No te matan si no te caen justo encima, cosa poco probable. Para mayor efecto los rellenan con pequeños pedazos de metal que al explotar el cohete salen disparados en todas las direcciones y hieren a quien se encuentra a pocos metros del punto donde cae el cohete. En los últimos siete años los cohetes Kassam, lanzados desde la franja de Gaza han matado a sólo once personas. Muchos más mueren mensualmente en Israel por accidentes de tránsito. El principal golpe no son los muertos y heridos, sino las miles de personas que quedan en estado de pánico. Se trata de una guerra psicológica.

Se trata también de una guerra mediática. A nadie fuera de Israel le importa un comino el sufrimiento de los habitantes de Sderot. Si de sufrimiento hablamos, no hay duda que es mucho más visible y conmovedor el sufrimiento de los palestinos. En el mundo, naturalmente, condenan cada contraataque de Israel, que por unos pocos heridos israelíes deja varios muertos palestinos. No es justo, dicen, que Israel tome represalias tan duras por ataques tan leves. Pero para la madre que vive en Sderot, si el jardín de infantes de sus hijos está bajo amenaza, el ataque no es leve, no le importa cuan poco efectivos sean los Kassam palestinos en comparación con los helicópteros apache israelíes, no le importa cuan dura sea la represalia, exige al gobierno de Israel que emplee cualquier medio disponible para detener, o al menos atenuar, la rutina descrita anteriormente. Aún en los períodos que el gobierno de Israel adopta una política de contención y por motivos estratégicos prefiere no hacer un uso contundente de su poderío militar, no puede ignorar del todo la presión popular. Hace meses que se viene especulando sobre la posibilidad de una operación militar a gran escala en Gaza en la que probablemente mueran decenas de personas de ambos bandos, operación que podría reducir drásticamente la capacidad de los palestinos de lanzar cohetes hacia Israel, al menos por un tiempo. Si los palestinos siguen disparándonos con la frecuencia actual, es sólo cuestión de tiempo antes de que las especulaciones se conviertan en realidad e Israel lance el ataque.

Desde que Israel desmanteló los asentamientos y se retiró de la franja de Gaza, las cosas no han dejado de empeorar. Ahora además de los cohetes Kassam en Gaza cuentan con misiles Grad, cortesía de los gobiernos de Siria e Irán. Se trata de proyectiles de mayor poder de destrucción, de mayor precisión y de varios kilómetros más de alcance. Ayer, por primera vez, cayó uno a 300 metros de la casa de mis padres. No hubo heridos.



Sosteniendo los restos de un cohete Kassam.
Tranquilos, no me borró la cabeza.

sábado, 9 de febrero de 2008

Brevísimo resumen del conflicto palestino-israelí

Algunas personas que lo ven desde afuera no entienden por qué tanto ajetreo entre palestinos e israelíes, por qué pelearse por ese diminuto pedacito de tierra, por qué no dejan de ser cabezaduras, dejan de defender las ideologías a cuchillo, se ponen de acuerdo y hacen caso a la famosa frase: "hagamos el falafel y no la guerra".No es tan sencillo. Para entenderlo hay que mirar de cerca cuáles son aquellas cosas sobre las que no nos ponemos de acuerdo. Hoy en día, es ampliamente aceptada tanto entre israelíes, palestinos y la mayoría de los miembros de la ONU, la solución de "Dos estados para dos pueblos". Aún así quedan muchas sobre las que cuesta ponerse de acuerdo. Principalmente tres asuntos clave:
1. Asentamientos.
2. Jerusalén.
3. Refugiados.

Para entender el desacuerdo sobre esos asuntos, primero es necesario retrotraerse a los dos principales eventos históricos que los han demarcado:
A. La Guerra de Independencia.
B. La Guerra de los Seis Días.


A. Guerra de Independencia.
El 29 de noviembre de 1947 la ONU resuelve que el Mandato Británico de Palestina, ha de ser divido en dos estados, uno judío y uno árabe. Jerusalén quedaría bajo soberanía internacional. Los líderes judíos aceptan la resolución, los árabes no. La población judía local y la población árabe local (estos últimos son los que más tarde serían conocidos como palestinos) entran en guerra.
El 14 de mayo de 1948. Los británicos se retiran. Israel declara su independencia. Egipto, Jordania, Siria, Líbano, Irak, Arabia Saudita y Yemen atacan. En 1949 se firma un armisticio que establece un cese al fuego y las fronteras del estado de Israel. Tras la guerra:
- Jerusalén queda dividida. La parte occidental queda en manos de Israel, la parte oriental que incluye la ciudad vieja con el Monte del Templo y el Muro de los Lamentos queda en manos de los jordanos.
- La franja de Gaza queda en manos de los egipcios. La región de Judea y Samaria (también conocida como Cisjordania o West Bank) queda en manos de los jordanos. El resto del territorio del Mandato Británico queda en manos de Israel.
- Más de 700.000 palestinos que vivían en el territorio que pasó a ser Israel quedan desplazados y se convierten en refugiados. Aún se discute cuántos de ellos fueron expulsados por los israelíes y cuántos de ellos se fueron a instancias de los líderes árabes para dejar paso libre a sus ejércitos, bajo la seguridad de que podrían vovler una vez que los israelíes fueran derrotados. Los que se trasladaron a los continentes europeo y americano fueron recibiendo ciudadnía en los respectivos países. En los países árabes, a excepción de Jordania, se les denega la ciudadanía hasta el día de hoy, con sus hijos y nietos cuentan más de 3 millones que residen en condición de refugiados.

B. Guerra de los Seis Días.
En mayo del 67. Egipto cerro el Canal de Suez y el Estrecho de Tirán al paso de barcos israelíes, llamó a los países árabes a unírseles en una acción bélica contra Israel, expulsó a las fuerza de paz de la ONU de la Península del Sinaí, y posicionó tropas en la frontera con Israel. Siria también había movido sus tropas hacia la frontera. Antes de que los árabes llegaran a atacar, el 5 de junio Israel lanzó un ataque áereo relámpago a las bases de las fuerzas aéreas egipcia, siria, jordana e iraquí, dejando inutilizables a casi todos los aviones de sus flotas de combate antes de que llegaran a despegar ni un solo. Contando con una superioridad aérea absoluta en sólo seis días Israel conquisto de Egipto la Península del Sinaí (que devolvió tras el tratado de paz del 79) y la franja de Gaza, de Jordania conquistó Cisjordania y el este de Jerusalén, y de Siria las alturas del Golán. Tras la guerra:
- Jerusalén queda reunificada, este y oeste bajo soberanía israelí.
- Israel comienza a construir asentamientos judíos en la franja de Gaza y en Cisjordania.

Mapa: Partes en verde oscuro, devueltas a Egipto y Siria en 1974.
Península del Sinaí, devuelta a Egipto en 1979-1982.
Franja de Gaza, retirada unilateral en el 2005.
Licencia: CC-by-sa 2.5. Más datos e imagen más gande: aquí.


Volvindo a los asuntos clave:
1. Asentamientos.
Durante el "Plan de desconexión" del Primer Ministro Ariel Sharón en setiembre del 2005, fueron desmantelados todos los asentamientos judíos de la franja de Gaza que en total contaban con 8.000 habitantes. Hoy en día quedan más de 250.000 judíos en los asentamientos de Cisjordania. Están ubicados en el terreno que los palestinos moderados reclaman para levantar el Estado Palestino (los palestinos extremistas siguen reclamando la destrucción de Israel y que todo el terriorio de Israel también sea incluido en el Estado Palestino). Varios de ellos están incrustados en medio de Cisjordania, de modo que de levantarse un Estado Palestino y estos quedaran como enclaves israelíes, fracturarían la continuidad territorial de dicho estado.

Para Israel sería una dificultad insalvable desmantelar todos los asentamientos. El desmanetelamiento de los asentamientos en Gaza ya causó enormes tensiones internas, intentar desplazar una población 30 veces mayor podría derivar en una guerra civil. Se maneja la posibilidad que los grandes bloques de asentamientos más grandes que estan pegados a Israel y no incrustados en medio de Cisjordania, en los que viven más del 70% de los colonos queden en manos de Israel y a cambio los palestinos reciban un pedazo deshabitado de la región del Neguev. Aún así es muy complicado desmantelar el resto. Cada nuevo pequeño "puesto de avanzada" que construyen los colonos y que el gobierno manda desmantelar se convierte en un enfrentamiento violento entre la policía y el movimiento de los colonos con amplia covertura mediática. Hasta hace un tiempo la mayor parte de la opinión pública israelí apoyaba este tipo de desmantelamientos. Pero a medida que trasncurre el tiempo desde el plan de desconexión, queda claro que allí donde Israel cedió y retiró (tanto a los colonos como a la presencia militar), los palestinos en lugar de bajar las armas, orgullosos de haber vencido a Israel, aumentan sus esfuerzos bélicos. Los israelíes, obviamente, no quieren que Israel retire a los colonos si eso lleva a que los palestinos aumenten sus ataques contra la población civil. El supuesto de la izquierda israelí, de que al menos la opinión publica mundial comprenderá y permitirá contraatacar si nos siguen atacando desde dónde ya no mantenemos una ocupación militar, ha resultado erróneo.

2. Jerusalén.
Ciudad Sagrada tanto para los judíos como para los musulmanes. Capital oficial y de facto del Estado de Israel (no reconocida como tal por el resto del mundo). Los palestinos reclaman el este de la ciudad, que Israel conquistó a los jordanos en el 67, como su capital. Muchos israelíes no tendrían inconveniente en que los palestinos se quedaran con los barrios árabes. El problema es la ciudad vieja, allí está el monte del templo, con La Mezquita de Al-Aqsa y el Domo de la Roca (dónde según los musulmanes Mahoma subió al cielo), justo encima de donde estaban los templos de Salomón y Herodes. Mientras tanto, el gobierno de Israel se niega a congelar la construcción los barrios judíos construidos al este de la ciudad después del 67.

3. Refugiados.
Este es el punto más problemático. Los palestinos reclaman que los refugiados del 48 junto con sus descendientes sean recibidos dentro de los límites del Estado de Israel. Israel por su parte considera que ya hizo lo propio al recibir cientos de miles de refugiados judíos escapados de los países árabes luego del 48, Israel recibe a los refugiados judíos y el futuro Estado Palestino es quien debe recibir a los refugiados palestinos. Si Israel recibiera a los millones de refugiados palestinos, en lugar de "Dos estados para dos pueblos" quedarían "Dos estados palestinos y en uno de ellos también viven unos cuantos judíos". Para que Israel pueda seguir siendo un estado judío y al mismo tiempo un país democrático, es imprescindible que mantenga su actual mayoría de población judía, por lo que no está en condiciones de absorver millones de palestinos. Israel podría recibir algunos pocos miles con familiares directos dentro de Israel, pagar una indemnización monetaria al resto, ayudarlos a que se acomoden en el Estado Palestino o hacer algún tipo de gesto simbólico que manifieste su pesar y reconozca su culpa por aquellos que fueron expulsados. Pero no más que eso, exigirle a Israel que reciba a todos los refugiados es exigirle que baje la bandera y se desarme a sí mismo.



Entradas relacionadas: