sábado, 5 de diciembre de 2009

España-Israel: Historia de unas relaciones secretas

Terminé de leerme el libro de José Antonio Lisbona: España-Israel: Historia de unas relaciones secretas. Aquí les dejo algunos apuntes:

En1948 tras la declaración de Independencia Israel solicitó el reconocimiento a todos los países menos a dos: Alemania y España. En 1949 Israel rechazó las gestiones del gobierno español para establecer relaciones entre ambos países. Las autoridades israelíes veían a Franco como a un aliado de Hitler, un miembro del eje fascista. A pesar de la neutralidad de España durante la Segunda Guerra Mundial y la ayuda española que permitió a muchos judíos, sobre todo a judíos sefaradíes, huir de los nazis y salvar su vida, Israel no le perdonaba a Franco el apoyo que el Führer le había prestado para llegar al poder. Incluso luego de que se establecieran relaciones con Italia, Alemania, Austria y Japón, las relaciones con España seguían siendo un tabú, mientras que en los otros países los regímenes aliados del Tercer Reich habían sido sustituidos, en España seguía Franco.

En 1952 Israel ya había flexibilizado su postura y sí deseaba el mutuo reconocimiento. Pero para entonces era el gobierno español quién prefería no establecer relaciones. Una muy larga lista de esfuerzos diplomáticos israelíes, fueron un fracaso atrás del otro durante más de 30 años. En ocasiones los gobiernos españoles ofrecieron soluciones intermedias como la apertura de oficinas de representación comercial, pero los israelíes se mantuvieron intransigentes en este punto, sin conformarse con menos del intercambio de embajadas plenas o consulados.

Dos factores principales ofuscaron los intentos de establecer relaciones entre ambos países. Por parte de Israel, el profundo desprecio personal e ideológico de los líderes laboristas hacia Franco. Por parte de España, el interés por mantener buenas relaciones con los países árabes. Si bien en España siempre hubo voces en puestos de alto rango que abogaron por normalizar las relaciones con el estado judío en forma inmediata, la "tradicional amistad hispano-árabe" gestada por Franco, inclinó la balanza en la dirección contraria hasta 10 años después de su muerte. Las ventajas de mantener mejores relaciones con los países árabes que el resto de Europa reportaba importantes beneficios, entre ellos:

  1. El apoyo del bloque árabe a España en las Naciones Unidas y los organismos internacionales. Fundamental sobre todo en el período de Franco, para hacer contrapunto a la hostilidad de varios países occidentales que no reconocían la legitimidad de su régimen, y apoyaban al gobierno de La República en el exilio.
  2. Evitar que peligre la soberanía española en suelo africano. Este punto perdió algo de peso una vez que España se retiró de Marruecos y el Sahara. Pero incluso luego de la retirada española, países como Marruecos y Libia exigían que España se retire también de Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. Cuando Gaddafi hablaba de expulsar a los invasores del territorio árabe, se refería a Israel y España indistintamente. Los demás países árabes tendían a simpatizar con los reclamos africanos, pero a cambio del no-reconocimiento de Israel, la Liga Árabe se abstenía de apoyarlos en forma abierta y activa.
  3. Petróleo. Incluso durante la crisis de finales de los setenta y comienzos de los ochenta, España podía estar tranquila que los suministros de petróleo no se verían afectados.

De todos modos, España e Israel siguieron manteniendo contactos de bajo perfil por otros canales, incluyendo la colaboración de los servicios de inteligencia de ambos países. En 1972 España colaboró con el Mossad para ayudar a 3.000 judíos a huir de Marruecos a Israel, facilitando pasaportes españoles a los oficiales israelíes y garantizando el permiso para anclar en la costa española a las embarcaciones en que se llevó a cabo el operativo. Años más tarde ayudaron a huir a los judíos del Líbano. En contrapartida, en los años setenta las autoridades de seguridad en Madrid establecieron un acuerdo tácito con las organizaciones terroristas palestinas, por las que éstas se comprometían a no cometer actos violentos en suelo español, a cambio de permitirles refugio, libertad de movimiento y residencia. Hasta principios de los ochenta, España fue un lugar de paso antes o después de cometer atentados terroristas en países europeos.

En 1979 un representante español emitió un discurso en la ONU que, por primera vez, admitía explícitamente el derecho a la existencia del Estado de Israel. El paso vino a hacer contrapeso a la fotografía del efusivo recibimiento del Presidente Adolfo Suarez a Yasser Arafat, brindándole todos los honores de un jefe de estado, que causó malestar en Europa y EEUU, donde Arafat era considerado un terrorista. El hecho de que al mismo tiempo, la OLP capacitaba a miembros de ETA en sus campamentos de entrenamiento en el Líbano, no empañó la visita ni perjudicó en forma considerable las posteriores relaciones entre España y la OLP.

Para 1982 el gobierno del socialista Felipe González ya tenía decidido normalizar las relaciones con Israel, sólo quedaba esperar al "momento oportuno", es decir, la coyuntura que permita dar el paso sin irritar demasiado a los árabes. Dos acciones israelíes contribuyeron a postergar ese momento, la invasión al Líbano en 1982 y el ataque aéreo a la sede de la OLP en Túnez en 1984. Por varios motivos la entrada de España a la Comunidad Económica Europea en enero de 1986 fue aprovechada como el dichoso momento, a modo de compensación España dio a entender a la OLP y a los países árabes, que se convertiría en el embajador de la causa palestina ante el organismo europeo. El 17 de enero de 1986 por fin se declaró oficialmente el establecimiento de las relaciones entre ambos países, durante una ceremonia celebrada en La Haya. Parece increíble que a Israel le haya tomado menos tiempo establecer relaciones con Egipto, un país contra el que había combatido en cuatro guerras. Mientras que Anwar Al-Sadat viajó a Jerusalén y pronunció su discurso ante la knesset en 1977, Don Juan Carlos de Borbón - quien aún ostenta el título de Rey de Jerusalén - no pudo realizar ese mismo gesto sino hasta 1993.


Nota: el libro de Lisbona tiene unas 400 páginas, este post de dos páginas no pretende ser un resumen completo y representativo, queda afuera mucha información interesante. Para el que le interese profundizar se recomienda leer el libro. Aunque contiene una larguísima lista de nombres y acontecimientos, su lectura se me hizo bastante amena. No tenía pensado leerlo, pero me lo recomendó el chef.

4 comentarios:

  1. Muy interesante. Parece que voy a tener que añadir uno más a esa eterna lista de libros que tengo ganas de leer (por cada uno que leo aparece siempre al menos uno nuevo que poner).

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  2. La tercera ventaja que propone el autor respecto al trato preferente hacia árabes me parece harto controvertido; creo que no se ajusta a la realidad, en tanto la crisis del 73 afectó seriamente a la economía española. El flujo de petróleo decreció por el vertiginoso incremento de los precios, hasta el punto de que el gobierno se vio obligado a subvencionar la gasolina para evitar insurrecciones (esto último creo que ocurrió exactamente antes y después del deceso de Franco. En el último caso el gobierno "regente" evitó con ello que la situación socioeconómica empeorara aún más).

    Es decir, la crisis no dejó de suponer un problema para España aun a pesar de que sobre el papel estuviera "protegida" ante cualquier contingencia.

    En cualquier caso, tiene pinta de ser un interesante libro. Si no tuviera como veinte libros en cola, lo leería :D

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  3. David: una de las cosas que dice el libro es que "la tradicional amistad hispano-arabe" era mas un mito exagerado que una realidad, en la práctica muchas veces esa relación no llegaba a traducirse en apoyo político y económico tan facilmente. El autor cita el ejemplo de prestamos millonarios que Kuwait y Arabia Saudí prometieron otorgar en tiempos de crisis, que no se concretaron. Promesas de compra de armamento español por parte de Arabia Sauidí rotas. Apoyo ocasional de la Liga Árabe a los reclamos territoriales de Marruecos.

    Pero en el asunto del petróleo, cita ejemplos de suministros de petróleo obtenidos en plena crisis del 79, por petición especial de Juan Carlos a la casa real Saudí.

    Aunque no siempre España recibía un trato especial, cuando sí lo recibía era en parte gracias a su negativa a establecer relaciones el Estado de Israel.

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  4. No se debe olvidar que el supuesto "apoyo de España a los judíos del Holocausto" no era nunca institucional hasta después de la segunda guerra mundial. Más bien se basó en ciertas personas capaces de hacer algo.

    En realidad, España colaboró estrechamente con el Tercer Reich, mandando la división azul con decenas de miles de soldados al frente ruso como tal apoyo. Hungría y Rumanía, dentro de las fuerzas del Eje, harían algo similar. Sin embargo, el único régimen que se mantenía en pié era la de Franco.

    Cabría comparar el caso español con el portugués, ya que me parece interesante ver las relaciones entre Israel y el salazarismo.

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