martes, 30 de junio de 2009

Merci Monsieur Sarkozy

Netanyahu quiere negociar con los norteamericanos el tema del fin de la construcción en los asentamientos. Quiere conseguir que los norteamericanos le den permiso para concluir las obras que ya están por la mitad. ¿A quién envía para negociar? A Ehud Barak. Cuando hay que tratar con el gobierno de Egipto ¿a quién envía Netanyahu? A Ehud Barak. ¿Pero cómo, Ehud Barak no era el Ministro de Defensa? ¿El encargado de las relaciones exteriores no era un tal Avigdor Lieberman?

Lieberman no está habilitado para tratar con los egipcios, después de haber insultado al Presidente Mubarak (mucho antes de las últimas elecciones), enviarlo al Cairo o al Sharm El-Sheik es una bofetada a su gobierno, todo lo contrario a un acto de diplomacia. Los jordanos tampoco pueden verlo ni en foto y lo mismo se puede decir del resto del mundo árabe. Si se busca realmente obtener algo de los norteamericanos, Lieberman tampoco es de ayuda, podrá viajar a darle un apretón de manos a Hillary Clinton, pero a la hora de intentar solventar los desacuerdos políticos, quien es visto como la personificación del peor extremismo israelí no sirve, es necesario alguien que no inspire tanto rechazo.

A partir de ahora, además de no poder representar a Israel ante Estados Unidos, Egipto y Jordania, Avigdor Lieberman tampoco puede hacer su trabajo en Francia. Uno de los principales aliados de Israel en Europa, el Presidente de Francia Nicolas Sarkozy, le ha dado a entender a Benjamín Netanyahu en forma muy gráfica, que cada vez que escucha a Avigdor Lieberman le da ganas de arrancarse los pelos. A este ritmo, en pocos meses más, en la práctica Lieberman será nuestro representante ante Micronesia e Islas Marshall como máximo, mientras que Ehud Barak va a tener una agenda cada vez más apretada. Suerte que tenemos a Sarkozy para indicarle a Netanyahu la solución obvia: deshacerse de Lieberman y reemplazarlo por Tzipi Livni.

Supongo que Bibi hubiera preferido que Sarkozy le ofreciera deshacerse de Sara Netanyahu y reemplazarla por Carla Bruni. Pero que le vamo a hacer, todo no se puede, debería aceptar la oferta actual, aunque no tanto como con Bruni, los israelíes también saldríamos ganando.

domingo, 28 de junio de 2009

El Momento Altalena


Hace una semana se cumplieron 61 años del "Caso Altalena". Altalena era el nombre de un barco del Irgún (grupo paramilitar judío dirigido por Menajem Beguin), que llevaba 930 combatientes y un cargamento de armas destinadas a ser usadas contra los ejércitos árabes durante la Guerra del '48. El 21 de junio del 1948 el barco fue bombardeado por las recién formadas Fuerzas de Defensa de Israel, por orden del Primer Ministro del gobierno provisorio, David Ben-Gurión.

Hasta el día de hoy el bombardeo del Altalena es un tema polémico, según a quién se le pregunte se obtendrá una versión distinta de lo ocurrido. Una muestra de ello es este memorial en la rambla de Tel Aviv, frente a la orilla a la que la nave se acercaba para desembarcar. Según lo que el monumento lleva escrito en hebreo¹, la orden de bombardear el barco se debió a una diferencia de opiniones entre el gobierno de Israel y la comandancia del Irgún sobre la destinación de una pequeña parte de las armas a un regimiento del Irgún. Luego aparecen los nombres de los 16 combatientes del Irgún que murieron en el ataque y ni una sola palabra sobre los 3 soldados de las FDI que murieron en aquel mismo enfrentamiento.

La negativa de Menajem Beguin de desmantelar el Irgún y entregarle las armas a las FDI, para Ben-Gurión no fue una simple "diferencia de opiniones", sino un acto de sublevación contra la autoridad de su gobierno. Parece increíble que en medio de una guerra contra numerosos enemigos comunes, unidos bajo el objetivo de borrar del mapa al recién nacido Estado de Israel, Ben-Gurión tuviera la osadía de abrir un frente interno contra quien podría haber sido un aliado bien armado, arriesgándose a desatar una guerra civil entre judíos en paralelo a la guerra contra los árabes. No hubo guerra civil entre judíos, Menajem Beguin en su histórico discurso transmitido por radio conocido como "el discurso de las lágrimas", exhortó a sus hombres a no tomar represalias contra las FDI para evitar la guerra entre hermanos.

Yo soy de los que cree que Ben-Gurión tomó la decisión correcta. Miró dos pasos hacia adelante y entendió con una clarividencia asombrosa que no alcanza con derrotar al enemigo, que para erigir un estado realmente soberano no se puede permitir la presencia de grupos armados independientes, grupos paramilitares que se rijan por su propia ley y amenacen con desconocer a la autoridad central a cada "diferencia de opinión", amparándose en el poder que les otorgan sus armas.

¿Qué hubiera pasado si Yasser Arafat hubiera aprovechado su "Momento Altalena" cuando todavía existía la oportunidad? ¿Qué hubiera pasado si hubiera atacado al Hamás y la Jihad Islámica con la misma determinación con que Ben-Gurión atacó al Irgún? Quizás hubiera logrado arrancar el problema de raíz y hoy las cosas estarían mejor tanto para los israelíes como para los palestinos. No sé si ya se habrían concretado las aspiraciones palestinas a un estado propio, pero me imagino que las posibilidades serían más reales que las actuales, puesto que los palestinos no estarían divididos en dos gobiernos de facto y dos grupos armados que se siguen bañando a tiros entre sí. O puede que no hubiera conseguido nada, entre otros motivos porque en el Hamás nunca hubo un líder que le pidiera a su gente que se refrene como lo hizo Beguin con el Irgún. Yasser Arafat tenía por libro de cabecera a "La Rebelión", escrito por Menajem Beguin sobre su lucha contra los británicos, es una lástima que en lugar de aprender de Beguin no haya procurado aprender de Ben-Gurión.


¹ El texto se puede leer con más claridad aquí. La versión en inglés en el mismo monumento es más corta y deja una imagen muy distinta de la misma historia.

domingo, 21 de junio de 2009

Sí es un pato

Si usted ve un bicho con pico de pato, patas de pato, plumas de pato, que camina, nada y vuela como pato y además dice cuack cuack, es que el bicho que está viendo es un pato. Salvo que el pato esté en Irán, en ese caso no es un pato, es un agente de la CIA o del Mossad disfrazado de pato.

Si decenas y cientos de miles de ciudadanos de todas las edades, salen diariamente a protestar a las calles, desafiando las prohibiciones de un gobierno que amenaza de muerte a todo quien se manifieste en su contra (y no pocas veces también cumple). Si en las manifestantes pueden verse carteles que proclaman "abajo la dictadura" y "muerte al tirano". Si los jóvenes fotografían y filman las manifestaciones y los intentos por reprimirlas disparando armas de fuego contra los manifestantes desarmados. Si publican dichas fotografías y filmaciones en blogs y redes sociales, corriendo el riesgo que significa saltearse la censura impuesta por un régimen que controla todos los medios de comunicación y que expulsó del país a todos los periodistas extranjeros. Si por las noches los habitantes de las ciudades continúan dando muestras de enojo saliendo a los techos de la casas a gritar "Alah Akbar", como gritaban hace treinta años en las vísperas de la revolución que derrocó al tirano anterior. Si todo eso ocurriera en cualquier otro país, uno podría pensar que el pueblo se está revelando contra un régimen opresor y contra un gobierno que pisotea los derechos humanos de su propia gente.

Pero no en Irán. Si todo esto ocurre en Irán se trata de una conspiración de EEUU e Israel contra el legítimo representante del pueblo iraní, electo en las elecciones democráticas más limpias que es posible imaginar, dignas de una régimen democrático ejemplar que todo el mundo debería imitar.

Está clarísimo. El Ayatola Jomeini es un agente de la CIA encubierto, para hacer que Irán parezca un régimen teocrático. Ahmedinejad fue reclutado por el FBI para hacer creer al mundo que se trata de un peligroso régimen belicista con aspiraciones nucleares, que amenaza con borrar del mapa a otro país miembro de la ONU. El gobierno iraní censura internet y expulsa del país a los periodistas extranjeros por orden de Washington. Los homosexuales y los bloguers son ejecutados porque así lo dictamina Barak Obama. Los jóvenes que desafían las prohibiciones del gobierno, salen a manifestarse y luego informan por facebook y twitter a riesgo de su propias vidas, evidentemente son agentes del Mossad. Los jugadores del seleccionado de fútbol del país que también se sumaron a las protestas son miembros del Shabak.

No dejaré que me confundan, sé que la realidad es sencilla y se divide entre buenos y malos, Irán está con los buenos y EEUU con los malos. No importa cuanto gire el mundo, yo siempre tengo a mano la misma explicación simple y clara que lo explica absolutamente todo. Llámenme dogmático si quieren, compárenme con los fanáticos religiosos, pero yo no permitiré que ningún pato me la eche a perder.


Advertencia: todas las personas que aparecen en el siguiente video están a sueldo de EEUU y/o Israel:




Articulo relacionado:
* De Israel opinamos todos: envenenados.

martes, 16 de junio de 2009

Coraje y honestidad de ambas partes

En el post anterior comentaba que a pesar de mis objeciones ante el discurso de Netanyahu en Bar Ilán, me pareció muy valiosa la reseña histórica del conflicto palestino-israelí que expuso. Destaca algunos puntos imprescindibles para entender la raíz del conflicto. Me gustó tanto que me tomé la molestia de traducir algunos fragmentos:


En 1947 cuando fue propuesto en la ONU el plan de partición [del territorio del Mandato Británico de Palestina], en un estado judío y un estado árabe, el mundo árabe en su totalidad rechazó la resolución, mientras que la población judía la recibió con danzas de alegría. El rechazo árabe era contra un estado judío, fueran cuales fueran sus fronteras.


Quien piensa que la hostilidad continua hacia Israel es el resultado de nuestra presencia en Gaza y Cisjordania, confunde causa con consecuencia. Los ataques hacia nosotros empezaron en los años veinte del siglo pasado, se transformaron en un ataque masivo en 1948 tras la Declaración de Independencia, continuaron con los ataques de los fedayines en los años cincuenta y llegaron a su cima en 1967, en vísperas de la Guerra de los Seis Días, con el intento de atar un lazo asfixiante al rededor del cuello de Israel [en referencia al bloqueo marítimo por parte de Egipto, y a las movilizaciones de tropas egipcias, sirias y jordanas hacia las fronteras de Israel en todos los frentes]. Todo eso ocurrió a lo largo de casi cincuenta años antes de que ni un solo soldado israelí pusiera pie sobre Judea y Samaria.

Felizmente, Egipto y Jordania salieron de ese círculo de hostilidad. La firma de los tratados de paz trajeron el fin de sus reclamos hacia Israel y el fin del conflicto con ellos, trajeron la paz. Lamentablemente, ese no es el caso con los palestinos. Cuanto más nos acercamos nosotros a un acuerdo de paz, más se alejan ellos. Vuelven a exponer reclamos incompatibles con el deseo de acabar con el conflicto.

Muchos nos dicen que la retirada es la clave para la paz con los palestinos. Y efectivamente, nos hemos retirado. Pero el hecho es que cada retirada nuestra fue correspondida con grandes olas de atentados suicidas y miles de misiles. Intentamos retiradas acordadas y retiradas unilaterales, retiradas parciales y retiradas completas. En el año 2000
[bajo Ehud Barak] y de nuevo el año pasado [bajo Ehud Ólmert], Israel ofreció una retirada casi completa a cambio del fin del conflicto, ambas veces la oferta fue rechazada. Nos retiramos de la Franja de Gaza hasta el último centímetro, desmantelamos decenas de asentamientos y arrancamos a miles de israelíes de sus casas, y recibimos a cambio una lluvia de misiles sobre nuestras ciudades, nuestros poblados y nuestros hijos. La afirmación de que la retirada traerá la paz con los palestinos, o al menos la acercará, hasta el día de hoy no ha aprobado la prueba del pasaje de la teoría a la realidad. [...]

Incluso los moderados de entre los palestinos, lamentablemente hasta ahora no están dispuestos a decir las cosas simples: el Estado de Israel es el estado nacional del pueblo judío y seguirá siéndolo. Para que podamos alcanzar la paz, es necesario coraje y honestidad de ambas partes, y no sólo del lado israelí. Es necesario que el liderazgo palestino se levante y diga con sencillez: "Basta de conflicto: reconocemos el derecho del pueblo judío a un estado propio en esta tierra, y viviremos al lado vuestro en una paz verdadera."

Hasta aquí Netanyahu tiene razón, no toda la razón, pero buena parte. El problema es que, como diría Ben Caspit, la paz no se hace con demostraciones de razón sino con demostraciones de generosidad. O como dice el dicho: "a veces más vale ser inteligente que tener la razón". Con dos partes más empeñadas en demostrar que tienen la razón que en buscar una verdadera vía para solucionar el conflicto, no vamos a llegar muy lejos. Lo de "exponer reclamos incompatibles con el deseo de acabar con el conflicto", se aplica a Netanyahu también.

domingo, 14 de junio de 2009

El discurso del equilibrista

Hoy en la Universidad de Bar-Ilán Netanyahu pronunció lo que una semana antes anunció como "el discurso de su vida". En la introducción al discurso, como es costumbre, habló del transfondo histórico del conflicto palestino-israelí, refiriéndose a la historia del pueblo judío, del sionismo, del Estado de Israel y del proceso de paz. La reseña histórica, si bien no fue imparcial, sí fue honesta y realista, lo cual a mi modo de ver hace que contraste con los disparates históricos que emitió Barack Obama en su reciente discurso en el Cairo. Obama podría tomar nota, se puede hablar de paz y compromisos sin necesidad de inventarse una Historia alternativa. A los interesados en comprender el conflicto les recomiendo que le den una leída al discurso completo. Pero por esta vez no quiero detenerme en la introducción, ni en los garabatos retóricos del discurso, prefiero señalar cuales fueron en concreto las posturas expuestas:

Sobre el proceso de paz:
1. Netanyahu se declara dispuesto a renovar las conversaciones de paz con los líderes palestinos moderados, en forma inmediata y sin precondiciones.
2. Netanyahu se dice dispuesto a juntarse con los líderes árabes tanto en Rihad, Damasco y Beirut, como en Jerusalén.
3. Uno de los componentes fundamentales del proceso de paz es el desarrollo económico local y regional. Netanyahu convoca a los empresarios árabes a invertir en emprendimientos en los territorios palestinos que generen empleos y prosperidad. La "paz económica" es un complemento de la paz y no un sustituto.
4. Hamás no formará parte de las negociaciones.

Sobre el estado palestino:
Netanyahu por primera vez en su carrera acepta en forma explícita la creación de un Estado Palestino, pero le antepone dos precondiciones:
1. Los palestinos deberán reconocer al Estado de Israel como el Estado Nacional del Pueblo Judío.
2. El estado palestino será un estado demilitarizado: no podrá tener ejército propio, no podrá pactar alianzas militares, ni tendrá control sobre su espacio aéreo. Se establecerán mecanismos efectivos para impedir el contrabando de armas y evitar que el estado palestino se transformé en una plataforma de ataques a Israel.

Sobre los asentamientos:
1. Israel no construirá nuevos asentamientos ni expandirá el territorio que ocupan los asentamientos existentes.
2. Israel seguirá construyendo dentro de los límites del terreno que ya ocupan los asentamientos existentes.

Sobre Jerusalén:
Jerusalén seguirá unificada bajo soberanía israelí con libertad de culto para todas las religiones.

Sobre los refugiados:
La solución al problema de los refugiados palestinos de la Guerra del 48 se hallará en el territorio palestino y no dentro de las fronteras del Estado de Israel.

Siguiendo las primeras reacciones parece ser que el discurso ha sido bien recibido dentro de Israel. Parece ser que cuenta con el visto bueno de Kadima, Avodá y el ala moderada del Likud. Desde Meretz se lo ve como un adelanto positivo aunque insuficiente, para los miembros más derechistas del Likud el discurso fue negativo pero se mantuvo dentro de los límites que pueden soportar. Lograr una aceptación tan amplia entre sectores tan alejados es todo una hazaña de equilibrista, sólo quedan afuera algunos sectores de la ultra-derecha y los partidos árabes. Hay que ver qué dice la administración Obama, probablemente la reacción norteamericana también oscile entre un "bueno pero insuficiente" a "malo pero no tanto". Lograr contentar a los norteamericanos sin perder a su coalición de derechas, es el mayor éxito al que Netanyahu puede aspirar.

Yo me encuentro entre los que definirían al discurso como "positivo pero insuficiente". Mi principal desacuerdo es sobre el tema de Jerusalén, opino que hay que ceder la parte este de Jerusalén a los palestinos. En cuanto a las precondiciones para aceptar la creación del estado palestino, me parece razonable lo planteado por Netanyahu, pero me parece que ese debería ser el punto de llegada y no el punto de partida, colocado como precondición es difícil que se abra el diálogo en la práctica. Además de aquello que dijo, quedan abiertas las interrogatorias sobre aquello que omitió, ¿cuáles son los pasos concretos que hay que dar para pasar del dicho al hecho? ¿qué fronteras tendrá el estado palestino desmilitarizado? ¿volveremos a las fronteras del '67? ¿que ocurrirá con la verja de separación?

Mi primera impresión es que con este discurso Netanyahu logra hábilmente dejar la pelota en la cancha de los palestinos. Saeb Erakat del Fatah, ya se ha apresurado a anunciar que ningún palestino aceptará las condiciones de Netanyhau para la creación de un estado palestino ni en mil años. Le creo, los antecedentes lo confirman, en 61 años ya rechazaron tres veces ofertas muchísimo más generosas.

viernes, 12 de junio de 2009

Marcha del Orgullo Gay en Tel Aviv


Hoy fue la primera vez que participé de la Marcha del Orgullo Gay en Tel Aviv. Había asistido un par de veces a la de Jerusalén, ni se compara. La de Tel Aviv es mucho más concurrida, mucho más colorida, mucho más festiva. Pero la principal diferencia, que hace a la marcha de "la ciudad sin pausa" mil veces más atractiva que la de la ciudad sagrada, es que la primera termina en la playa donde la fiesta continúa a orillas del mediterráneo hasta la caída del sol.

Como todos los años, grupos religiosos y grupos de extrema derecha intentaron prohibir el evento sin éxito. Entre los opositores a la marcha destacó el actual Ministro del Interior, Eli Ishai del partido ultraortdoxo Shas. Como era de esperar, la Suprema Corte desestimó todas las peticiones de prohibición y la marcha tuvo lugar bajo escolta policial. Esta vuelta hubo muy pocos religiosos que se acercaron para manifestar en contra y no hubo incidentes de violencia.

Yo no formo parte de la "kehilá gueá" ("comunidad orgullosa", nombre que se le da en hebreo al colectivo LGTB), y sin embargo es para mí un orgullo haber marchado junto a ellos. La lucha por los derechos de los homosexuales y por su aceptación en la sociedad, libres de discriminación y prejuicios, es una causa noble en sí misma. Sin embargo, el orgullo gay no es más que una pequeña parte de lo que está en juego, la participación en la marcha, más allá de la orientación sexual de cada uno, es una reivindicación por los derechos de todas las minorías perseguidas, es un acto de reafirmación de nuestra libertad de conciencia, nuestra la libertad de expresión y nuestros valores democráticos en general. Como judío, yo también soy miembro de una minoría que aún es perseguida en demasiadas partes del mundo, por eso para mí la Marcha del Orgullo Gay es un asunto personal. Como israelí, me opongo a los intentos de personas retrógradas, ignorantes, supersticiosas y cegadas por sus prejuicios, como Eli Ishai, de cancelar esa libertad lograda y mantenida a costa de tanto sacrificio. La Marcha del Orgullo Gay es también un mensaje alto y claro hacia a ellos: no dejaremos que pisoteen a todo aquel que no se rija por su mismo estilo de vida.

Pero dejémonos de tanto palabrerío. Veamos algunas fotos:

Arcoiris

En hebreo: mi hijo es homosexual ¿y qué?

La policía velando por la seguridad de los ciudadanos.

En árabe: por la libertad de elección, la Casa de la Libertad.
Agradezco la traducción a la chica que llevaba el cartel.

Extra Large

Orgullo 2009. Cien motivos para el orgullo
(en referencia al centenario de Tel Aviv).

miércoles, 10 de junio de 2009

Moshe Kai

"Los hebreos y los chinos codificaron todas las circunstancias humanas"

Esta frase de Jorge Luis Borges es un tanto exagerada, de todos modos resulta halagador que alguien tan ilustre como Borges, compare la producción intelectual del que pequeño pueblo judío con la de los innumerables chinos. La cita me vino a la mente hace un par de días cuando veía en las noticias el reportaje sobre Moshe Kai. ¿Qué pasaría si juntáramos chinos con judíos?



Me acordé también de otro encuentro cultural entre chinos y judíos que dio origen a otro tipo de personaje curioso: Ehud Ólmert. Sus padres emigraron a Israel desde la ciudad de Harbin en Manchuria, a la que habían llegado escapándose de las persecuciones de judíos en Rusia y Ucrania. Siempre lo he dicho, la culpa de todo la tienen los chinos y los ciclistas.

sábado, 6 de junio de 2009

La desazón de la izquierda israelí

En un post anterior comentaba las expectativas que generaba la visita de Barack Obama al Cairo. Al final no presentó ningún plan de paz novedoso, en su discurso reiteró lo postulado por Bush en el 2004, la primera fase de la Hoja de Ruta: los palestinos deben abandonar la violencia y los israelíes debemos frenar la construcción de asentenmientos y aliviar las restricciones en Gaza y Cisjordania. Debo retractarme, había dicho que este evento no tendría la magnitud de los grandes eventos mediáticos. Pero lo cierto es que Obama logró convocar a millones junto a las pantallas de televisión, bajo la sensación de estar prescenciando un gran momento histórico. Como bien dice Marcelo Kisilievski, Obama hizo un excelente trabajo en cuanto al marketing, la oratoria y la puesta en escena.

De lo que no me retracto, es del tono pesimista con el que me refierí a las posibilidades de éxito del proceso de paz, sigo pensando que Obama no ofrece grandes novedades en ese aspecto. Ese pesimismo ha sido una constante desde inicié el blog hace poco más de un año atrás, incluso aclaré esa postura en el post de apertura. Pero no siempre fue así, al principio cuando llegué a Israel en el año 2003, era irremediablemente optimista. Viví en Jerusalén en una época en la que aún había terroristas suicidas que se hacían explotar en los ómnibus y los cafés, pero ni siquiera esos atentados mermaban mi optimismo. Consideraba a la Intifada de Al-Aqsa como una interrupción criminal del proceso de paz, se postponía el proceso al trágico precio de un derramamiento de sangre tan cruento como innecesario. Pero lo veía como un retraso, de ningún modo como una cancelación, mi visión del proceso de paz seguía siendo determinista, para mí se trataba de un tren que una vez puesto en marcha no era posible detener, no había nada que Arafat y Sharón pudieran hacer para descarrilarlo, los rieles de la historia ya habían sido fijados en Oslo, como mucho esos dos podían afectar la velocidad.

Luego llegó la Barrera de Separación, construida para impedir la entrada de palestinos desde Cisjordania a Israel. Mucho se ha dicho en contra de la barrera (o del muro como prefieren llamarla los detractores), pero eso es tema para otro post, aquí diré sólo que yo veía sobre todo (y en este punto en particular sigo viendo), la mitad llena del vaso medio vacío. Por primera vez un gobierno de derechas reconocía la necesidad de la separación, por primera vez trazaba una línea divisoria y admitía sobre el terreno que lo que está más allá de esa línea no nos pertenece. La idea de construir la barrera vino desde la izquierda israelí, expresada por primera vez por el entonces laborista Jaim Ramón, la ultra-derecha israelí se le oponía tanto o más que los palestinos y los pseudo-pacifistas de la izquierda europea. La barrera detuvo por completo los atentados suicidas palestinos y las consiguientes represalias israelíes.

En el 2005 llegó el plan de desconexión: la retirada israelí de la Franja de Gaza con el desmantelamiento de todos los asentamientos judíos de la zona. También este paso fue acompañado por duras críticas nacionales e internacionales. Desde la izquierda se criticaba el carácter unilateral del plan, llevado a cabo sin lograr antes un acuerdo con los palestinos. Pero a pesar de sus objeciones la izquierda apoyó el plan, más valía retirarse aunque no fuera de la manera ideal. Mi opinión era que de Gaza tendríamos que retirarnos tarde o temprano, ocho mil colonos judíos no tenían nada que hacer entre un millón de palestinos, menos aún en la Franja de Gaza que ni siquiera tiene sitios de mayor importancia religiosa para el judaísmo, y ya que era una cuestión de tiempo, cuanto antes mejor. Estaba de acuerdo con la postura de Sharón de que en aquel momento no había un "partner" con quien llegar a un acuerdo (aún hoy no lo hay), y por lo tanto no nos quedaba otra que tomar nuestro destino en nuestras propias manos, dar pasos unilaterales. Hoy me pregunto si estaba equivocado, si la retirada unilateral fue un error garrafal.

Recuerdo una discusión que tuve con un amigo de derechas en vísperas de la retirada, el me decía que si nos retirabamos de Gaza los cohetes iban a llegar hasta Ashkelón, yo lo taché de alarmista, y sin embargo Hamás le dio la razón, sólo que se quedó corto en su pronóstico, llegaron muchos más lejos. Mi amigo me preguntaba qué haríamos si a pesar de la retirada nos seguían atacando desde Gaza, tendríamos que contraatacar y si iba haber que hacer regresar a las tropas, mejor no retirarlas de allí en primer lugar. Yo le decía que en ese caso sería distinto, una vez concluida la ocupación de Gaza, si Hamás seguía atacando desde allí, estaríamos en nuestro derecho de defendernos y el mundo lo entendería. Pero no fue así, el mundo siguió condenando a Israel como si la retirada nunca hubiera ocurrido. También la izquierda israelí, a la hora de la verdad, expresó fuertes reticencias ante la magnitud del contraataque que antes habíamos justificado - cuando era sólo un escenario hipotético - para así justificar la desconexión a pesar de sus previsibles consecuencias negativas.

El hecho de que la retirada fuera llevada a cabo por Israel en forma unilateral sin exigir ni recibir nada a cambio del cese de la ocupación en Gaza, favoreció a Hamás. Muchos palestinos interpretaron que los métodos violentos de Hamás sí daban resultados, a diferencia de las interminables e infructuosas negociaciones pacíficas de Fatah bajo el mando de Abu Mazen. Hamás quedó como el héroe que logró expulsar a Israel de Gaza y ganó las elecciones en enero del 2006 (año y medio después echó a tiros de Gaza a la oposición del Fatah). Si el proceso de paz fuera un videojuego, aquello fue el game over. Quedamos estancados en una situación en la que no hay con quién firmar un acuerdo, ni tampoco es posible avanzar en forma unilateral. El sentimiento de desesperanza y frustración nos alcanza incluso a quienes antes éramos los más optimistas. En este contexto, la izquierda israelí se desplomó, Benjamín Netanyahu fue elegido Primer Ministro y Avigdor Lieberman fue nombrado Ministro de Exteriores.