sábado, 23 de mayo de 2009

La industria de la paz

Al parecer el próximo 4 de junio el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, presentará en Egipto un nuevo plan para la paz entre Israel y los palestinos. La primera pregunta que surge, es qué tendrá este plan que no tenían los anteriores, por qué y cómo va a tener éxito allí donde los demás fracasaron, será éste el plan que ponga el tan esperado fin al conflicto, o de nuevo apilamos otro montón de papeles para que junten polvo en el cajón de las buenas intenciones, junto a la Hoja de Ruta de George W. Bush y la Conferencia de Annapolis. Espero ese día poder sentarme frente al televisor para presenciar otro evento más en la saga de eventos mediáticos a la que llamamos proceso de paz. Pero no soy optimista, me cuesta creer que con el actual gobierno israelí y los actuales gobiernos palestinos (hay dos que funcionan en paralelo, cada uno clama ser el legítimo, la ANP en Cisjordania y el Hamás en Gaza), sea posible alcanzar un acuerdo.

Ante esta objeción es común sacar a relucir el caso del Primer Ministro derechista Menájem Beguin, quien contra todo pronóstico, firmó la paz con los egipcios y devolvió la Peninsula del Sinaí, un territorio tres veces más grande que el actual Israel (con los territorios ocupados incluídos). En este país del revés, como se dice a veces, la derecha hace la paz y la izquierda hace la guerra. Pero hay que recordar también que en aquel entonces los egipcios tenían al Presidente Anwar al-Sadat, un líder de una altura y un coraje al que no se le acerca ningún líder palestino del presente ni del pasado. Tras nada menos que cinco guerras en menos de 30 años, en 1977 un buen día se toma un avión, aterriza en Jerusalén y da un discurso de paz en la kneset. Eso sí que fue un evento mediático de primera, como la llegada del hombre a la luna, el asesinato de Kennedy o la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing; lo de Obama en Egipto, en comparación, no será más que la final del campeonato uruguayo de ping pong. Otro detalle no menor: el Ministro de Exteriores de Beguin era el laborista Moshé Dayán, involucrado personalmente con el proceso de paz, hoy tenemos al fascista Avigdor Lieberman, quien descarta cualquier intento de solución al conflicto como otro despilfarro de dinero de lo que él llama "la industria de la paz".

Cada centavo de shekel está siempre mejor empleado en la industria de la paz que en la multimillonaria industria de la guerra. Mejor que el dinero vaya a los dueños de los hoteles cinco estrellas donde se alojan los dignatarios (y a los sueldos de los periodistas que cubren el evento), y no a las manos de los fabricantes de armas. Pero repito, no veo probable que los primeros vayan a conseguir recortar los ingresos de los segundos en un futuro visiblemente cercano. Una de las cosas que me desaniman es el retorno a la retórica de las oportunidades históricas irrepetibles, repetidas sin éxito una y otra vez. Las novedades que enscienden una tímida luz de esperanza, son la fuerte insistencia del gobierno norteamericano en el congelamiento de la actividad colonizadora en Cisjordania (ya parece estar dando algún resultado), y el hincapié en la mayor participación de los países árabes en el proceso. Ninguna de estás cosas es realmente nueva, la participación árabe ya estaba contemplada por la propuesta de paz saudí del 2002 y el desmantelamiento de parte de los asentamientos está incluida en la primera fase de la Hoja de Ruta del mismo año. La diferencia sería en el énfasis y en las cualidades personales de Barack Obama, su discurso más contemplativo con el mundo árabe y sus menores reticencias a la hora de presionar a Israel. De nuevo, dudo de que con eso baste.

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3 comentarios:

  1. Si un gobierno con Netanyahu de presidente y Lieberman de ministro de relaciones exteriores consigue un tratado de paz estable con unos palestinos divididos en dos bandos, uno de los cuales insiste en el conflicto armados, sería un milagro tan espectacular que hasta yo me plantearía dejar de ser ateo.

    En serio, mejor que se centren en la paz con Siria, que por ahí aún se podría vislumbrar alguna esperanza (si se logra aislar a Irán, claro, lo cual tiene su dificultad).

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  2. este tema esta muy aburrido no me interesa nada de lo que esta escrito

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  3. este maldito tema me esta aburiendo en es caso saquen a los chavos conpletamente desnudos

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