Una inmigrante rusa viaja cómodamente en un ómnibus, el ómnibus llega a su parada, pero por algún motivo la puerta no se abre. La rusa muy impaciente e irritada le grita al conductor: "chofer: ábrame por detrás".
La gracia de este viejo chiste consiste en el error lingüístico de la inmigrante que aún no domina el idioma. "Ábrame atrás" (tiftaj li ajora) y "Abrame por detrás" (tiftaj oti meajora), se dice muy parecido, pero en este contexto la diferencia de significado no es muy sutil que digamos. Lo más divertido es cuando este tipo de deslices ocurren de verdad, y en un país con un alto porcentaje de inmigrantes las oportunidades no faltan. Aquí les dejo algunos ejemplos, uno que me ocurrió a mí y otros que les ocurrieron a amigos y conocidos de habla hispana que también residen en Israel.
1. Le pregunté a una chica si estaba esperando a su "príncipe azul". La chica entendió que le estaba haciendo algún tipo de propuesta indecente, resulta que en Israel el color azul está fuertemente asociado con la pornografía, a las películas pornográficas se las denomina películas azules (sratim kjulim), de las personas que se pasan todo el día pensando en el sexo se dice que tienen la cabeza azul (rosh kajol). Si bien yo ya conocía esta curiosidad, no sabía que la cosa iba para tanto, no me imaginé que el asunto abarcaba hasta el mismísmo reino de las hadas. Resulta que para referirme al "prince charming", en hebreo tengo que llamarlo por su largo y engorroso nombre completo: "el príncipe sobre el caballo blanco" (hanasij al hasus halabán). Este episodio me dejó con muchas interrogantes: ¿por qué los príncipes azules son azules y no príncipes violetas o príncipes amarillo patito? ¿de qué color era realmente la caperuza de la así llamada caperucita roja? ¿eran Ruben Darío y George Gershwin unos degenerados, o es que no podían inventarse títulos más creativos para sus obras?
2. Una chica que trabajaba en una cafetería, atendía a un cliente cuyo café se había enfriado, ella intentó preguntarle al cliente si "quieres que te lo caliente" (atá rotzé sheaní ejamem lejá), pero en realidad le preguntó si "quieres que te caliente a ti" (atá rotzé sheaní ejamem otjá). El cliente la miró con una mirada pícara como sopesando la oferta, ella no entendía por qué el cliente no respondía ni por qué sus compañeros de trabajo habían estallado en carcajadas. Al final uno de los compañeros le explicó el error, la chica se corrigió y el cliente tuvo que conformarse con su café recalentado.
3. Un mozo en un restaurante se acercó a la mesa de una pareja de adultos mayores que ya habían acabado de comer, con la intención de preguntarles si podía retirar la mesa (efsher lefanot), pero en cambio les preguntó si podía hacerles cariñitos (efshar lefanek). Daría un ojo de la cara por haber visto la expresión facial de los comensales, me los imagino consultando escépticos el menú del restaurante.
4. El premio mayor se lo lleva mi amigo JFK. Él siempre tan generoso, contó con orgullo que había firmado para hacer una donación a personas que padecen de ceguera (truma leiverim), y que como reconocimiento le habían hecho entrega de una bonita tarjeta. Otro amigo hizo el bien de sacarlo de su error, explicándole que había firmado para la donación de órganos (trumat eibarim) y la tarjeta que recibió no era otra cosa que el carnet de donante de órganos, que en caso de fallecimiento habilita a las autoridades de la salud a donar sus órganos sin tener que pedir permiso a la familia primero. Menos mal que mi amigo tampoco tiene inconveniente en firmar como donante de órganos, probablemente lo hubiese hecho de todos modos, yo le digo que mejor done los globos oculares y así mata dos pájaros de un tiro. A él le dedico el siguiente video de los Monty Python:
Por último quería advertir que si alguno de ustedes se llama Germán, por lo que más quiera, antes de viajar a Israel cámbiese el nombre o adopte un apodo.
Así que el azul allá es como el verde acá. Por cierto, tremendo lo de Germán.
ResponderEliminarTengo un primo llamado Germán, si se va de viaje a Israel le diré que lo anglosajonice.
ResponderEliminarMuchas gracias por la dedicatoria...
ResponderEliminarVoy a tener mas cuidado cuando vea a dos personas vestidas de blanco tocando a mi puerta...
Se me vino a la cabeza un ejemplo contrario al de German, ya que aca en Israel hay varios hombres llamados Gay... (Como seria su nombre en español? Petru?)
Gay es un apellido en España. De hecho estoy leyendo una novela de los cincuenta ambientada en la cataluña medieval donde uno de los protagonistas es "muy gay" y la RAE sólo me da la definición que hoy conocemos.
ResponderEliminarPor no hablar de Serguéi.
ResponderEliminarLo del chiste, no hay manera de decirlo en Chile, es decir, con cualquiera de las dos se corre el riesgo de hacer el ridículo, incluso con "Ábrame la puerta de atrás" u otras combinaciones.
Saludos.
Un tipo en el colmado de la esquina:
ResponderEliminar- Me pone un quilo de sal.
La tendera se agacha detrás del mostrador, ofreciendo al cliente una generosa vista de su escote. Entonces, pregunta:
- ¿No querrá sal gorda? Se la estoy poniendo menuda.
- No, si ya, si menuda me la está poniendo.