lunes, 27 de julio de 2009

Madoff sí y Einstein también

El Comunicador Personal, es un blog sobre Israel escrito por Marcelo Kisilevsky, una persona a la que respeto y admiro, de la cual tuve el privilegio de aprender mucho acerca de la sociedad israelí, el conflicto con los palestinos, los medios de comunicación y otros temas. Va ser un gusto para este alumno discutirle al maestro. En su último post, "Ni Madoff ni Einstein", Marcelo escribe:

¿Se puede ensalzar al pueblo judío por haber dado al mundo a Einstein, pero no se lo puede juzgar por haber dado al mundo a Madoff? De verdad, oh, hermanos judíos, ¿cuál es ese “mérito judío” que ha generado a Einstein, distinto del “desmérito judío” de haber generado a Madoff? Mmm, disculpen, pero yo, judío, respiro un leve tufillo a prosemitismo, que no es menos peligroso que el anti. Porque la generalización en contra ha dado origen a la violencia antisemita, eso queda claro. Pero la generalización a favor hace algo más sutil, y por lo tanto más grave: legitima la generalización, sea del signo que sea. Y al hacerlo, deslegitima la denuncia. Madoff es un delincuente, y no se lo ataque ya por su origen o apellido. Einstein fue un genio, y no se lo alabe ya por su origen o apellido.

Marcelo critica a aquellos judíos que tienden a resaltar el origen judío de personajes destacados como Albert Einstein, pero al mismo tiempo ponen el grito en el cielo si a alguien se le ocurre destacar el origen judío de criminales como Bernard Madoff, condenado en Estados Unidos hace poco a 150 años de prisión por haber cometido la estafa más grande de la historia, una estafa de decenas de miles de millones de dolares a inversores de todo el mundo. En líneas generales estoy de acuerdo con Marcelo, el mérito o desmérito de cada persona, es antes que nada atribuible al individuo y no a su origen étnico o nacional. Las generalizaciones son siempre incorrectas.

Pero no del todo. El entorno en el que nace y crece un gran científico o un gran estafador también influyen. El éxito como científico de Albert Einstein difícilmente hubiera podido tener lugar en otros países que no fueran Alemania (donde se crió) y Estados Unidos (a donde fue exiliado), los países más avanzados en investigación científica en aquella época. Una estafa de las dimensiones de la de Madoff difícilmente podría haber ocurrido en nuestros días en otro país que no sea Estados Unidos, que combina una acumulación de riqueza inigualada con un sistema financiero sin una buena regulación. Y aunque de manera menos decisiva, creo que el origen judío también cuenta. Por algún motivo que no me explico, hay un porcentaje muy alto de judíos que sobresalen en muchas áreas, muchos de ellos para bien y algunos también para mal. Me atrevo a cometer la incorrección de generalizar, y digo que una de las características de los judíos es que en todas partes, tanto para bien como para mal, solemos hacernos notar, no pasamos desapercibidos.

También está el tema emocional. Yo como judío, no comparto ningún mérito con Einstein, de física lo único que sé es que si veo un piano colgado del techo, mejor no pasar por debajo, que hay una cosa llamada gravedad que puede hacer peligrar mi vida. Tampoco comparto ninguna culpa con Madoff, no entiendo de economía y hasta ahora nunca le aconsejé a nadie en que invierta su dinero en la empresa del judío yanqui. Y sin embargo Einstein me llena de orgullo y Madoff me avergüenza. De la misma manera que un inglés puede enorgullecerse de Sir Arthur Newton y avergonzarse de Enrique VIII. Como dice Marcelo: "a mí me interesan los de mi lado, los judíos, que al fin y al cabo soy uno de ellos".

martes, 21 de julio de 2009

El juramento de Jabotinsky


El día de hoy se cumplen 69 años de la muerte de Zeev Zabotinsky, padre del "sionismo revisionista", el ala derecha del movimiento sionista. Del sionismo revisionista surgió el partido liberal (Jerut) de Menajem Beguin, que más tarde se unió con otras facciones menores y formó el Likud, el actual partido de gobierno liderado por el Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Además del Likud hay hoy en día otros dos partidos políticos en el parlamento israelí que se dicen seguidores de Jabotinsky, Israel Beiteinu de Avigdor Liberman y Unión Nacional (Haijud Haleumí). A estos supuestos seguidores y a sus simpatizantes, les recomendaría aprovechar la ocasión para darle una releida al célebre artículo de Jabotinsky, "La muralla de hierro". Ya en el primer párrafo se van a encontrar con una molesta sorpresa, decía aquel al que dicen seguir:

Estoy dispuesto a jurar, por nosotros y nuestros descendientes, que nunca destruiremos esta igualdad y nunca intentaremos expulsar u oprimir a los árabes.


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* ¿Qué han hecho por nostros los romanos?

martes, 14 de julio de 2009

Palestina y Plutón

En agosto del 2006 la Unión Astronómica Internacional declaró que Plutón no es más un planeta sino un planetoide. El ex-planeta Plutón, sin darse por enterado, siguió su vuelta alrededor del sol en la misma órbita y a la misma velocidad.

Ayer el representante de la Unión Europea para asuntos de política exterior, Javier Solana, afirmó que si Israel y los palestinos no llegan a un acuerdo, la ONU "debería proclamar la adopción de una solución de dos estados". Parece que Javier Solana vive en las nubes, o más alto todavía, allá entre los planetas o planetoides. Alguno de sus asistentes debería haberlo actualizado, informándole que la ONU ya proclamó la solución de dos estados el 29 de noviembre de 1947. En esa misma resolución la ONU establecía los límites que iban a tener los dos estados, el asistente podría contarle a Solana sobre las reacciones ante aquella resolución: los líderes árabes locales y los países árabes vecinos se pasaron ese trazado de límites por el ojete y estalló la guerra. Le pediría al señor Solana que diera un solo ejemplo de una resolución de la ONU que haya impuesto exitosamente una solución a un conflicto territorial, sin el consentimiento previo de las partes en conflicto. Debe ser que el conflicto palestino-israelí es mucho más simple que todos los demás, por eso Solana se cree capaz de imponer desde afuera una solución a todas las disputas sobre "las fronteras, el tema de los refugiados, control sobre Jerusalén y pactos de seguridad". A menos que Solana esté buscando que vuelva a estallar la violencia como en el 47, le recomendaría que lo medite con menos arrogancia y más detenimiento.

De paso, ya que está tan apurado por ver un estado palestino, el mismo asistente podría darle una alegría avisándole que Yasser Arafat ya declaró la independencia del estado palestino el 15 de noviembre de 1988. Curiosamente, algunos palestinos siguen conmemorando la fecha cada año como el aniversario de su independencia. Conmemoran pero no celebran, no tienen mucho que celebrar. Tras la declaración de independencia de la República de Kosovo en febrero del 2008, algunos líderes palestinos coquetearon con la idea de proclamar unilateralmente la independencia del estado palestino. La idea no prosperó, por el simple hecho de que ya lo hicieron hace 20 años y aquello no les reportó ningún provecho. Supongo que si consiguen el empuje de la Unión Europea, podrían volver a intentarlo como método de propaganda.

Pero si lo que quieren es un estado de hecho y no sólo de palabra, no alcanza con proclamaciones y resoluciones. Da igual si la ONU los reconoce como estado, daría lo mismo que los reconozcan como planeta o como planetoide. Si realmente quieren la independencia, le guste a Solanas o no, los palestinos tienen que llegar a un acuerdo con Israel. Abu Mazen haría bien en volver a la mesa de negociaciones, en lugar de sentarse a esperar que la UE o Estados Unidos le resuelvan sus problemas.

viernes, 10 de julio de 2009

Los calzoncillos de Yamil

La inmensa diversidad étnica, religiosa, cultural e ideológica que existe en Israel produce algunas combinaciones peculiares. Como el caso de un estudiante que conocí en Jerusalén, Yamil, un árabe cristiano israelí comunista y ateo. Como judío no creyente yo también poseo una identidad por momentos contradictoria, pero no puedo hacerme una idea del embrollo que debe tener el pobre Yamil en la cabeza.

Me resultaba muy interesante conversar con Yamil, escuchar de primera fuente qué piensa alguien perteneciente a un sector del espectro político con el que nunca había tenido contacto más que a través de la prensa, los árabes comunistas, y a la vez a un sector muy particular de la sociedad israelí, los árabes cristianos. Por lo general nuestras conversaciones rondaban acerca de la relación entre árabes y judíos dentro de Israel y del conflicto palestino-israelí. Pero en un par de oportunidades me contó algunas cosas de índole más personal. Tenía una novia allá en su pueblo ubicado en alguna parte del norte del país, una muchacha hermosísima perteneciente a su comunidad cristiana, de la que estaba enamorado, pero a la que no podía tocarle ni un pelo antes del casamiento. Su amor inmaculado no le impedía aprovechar los fines de semana que pasaba en Jerusalén para irse de juerga a la zona de los pubs en el centro, y conseguirse alguna bonita turista yanqui que se voluntarizara a practicarle una relajante felación.

Yamil se vestía y peinaba a un estilo que es muy común entre muchos israelíes judíos, por sus rasgos físicos no era posible adivinar su origen étnico, hablaba el hebreo a la perfección, quizás mejor que quienes lo tienen por lengua madre (su lengua madre es el árabe), sólo lo delataba un acento raro de origen indefinido, distinto al típico e inconfundible acento árabe. Yamil se servía de su aspecto pluricultural para sus conquistas sexuales de mujeres de procedencias diversas. Una de sus costumbres al vestir tomada de los judíos israelíes, quienes a su vez la importaron de los yanquis, era el uso de pantalones anchos que se llevan por debajo de la cintura y dejan ver el borde superior de la ropa interior. Así es que una vez pude distinguir que Yamil lucía una bandera de Israel estampada en sus calzoncillos. Le pregunté si aquella prenda no dificultaba sus aventuras y él me respondió:

"En lo absoluto, si me encuentro con una mujer que está a favor de Israel le demuestro que amo tanto al país que lo llevo hasta en los calzoncillos, y si me encuentro con una que está en contra, le digo que odio tanto a Israel que me paso su bandera por el culo".

Yamil lo dijo en broma, pero encuentro que su frase y su forma de actuar son una buena representación de la actitud que tienen muchos árabes israelíes (musulmanes o cristianos; comunistas, demócratas o islamistas) hacia Israel. Exigir y aprovechar las ventajas y beneficios de una país democrático y liberal, y al mismo tiempo apoyar de hecho o de palabra a quienes intentan destruir esa misma democracia. Entiendo que tienen muchos motivos para estar desconformes y que Israel tiene mucho lo que mejorar en su trato hacia la minoría árabe, pero para seguir avanzando ayudaría mucho más el soporte de la minoría árabe que su hostilidad.


Nota: por motivos obvios cambié el nombre verdadero del personaje por un seudónimo.

viernes, 3 de julio de 2009

Independence Day

Mañana es el "Día de la Indepedencia", ocasión en la que conmemoramos los hechos acontecidos el 4 de Julio de 1996 y celebramos la victoria de la humanidad contra los invasores del espacio exterior. Aquellos eventos nos dejaron varias profundas enseñanzas:

1. Todo lo importante ocurre y ocurrirá siempre en Estados Unidos.
Si un grupo de extraterrestres tiene la desfachatez de atacar a todas las capitales del mundo en simultáneo, sin darle especial preferencia a Washington, al menos serán los gringos quienes los derroten y procurarán que el ataque victorioso coincida con su fecha patria.



2. Para que haya paz en Medio Oriente hace falta una invasión alienígena.
¿Recuerdan la escena en la que soldados israelíes e irakíes reciben juntos en clave morse las instrucciones norteamericanas de como derrotar a los extraterrestres? Para adaptar la película a nuestros días, bastaría con sustituir la bandera de Irak por la de Irán. Tan fácil como cambiar navíos de guerra británicos por platillos voladores.

3. En caso de invasión extraterrestre un judío y un negro salvarán a la humanidad.

Imagen de Jeff Goldblum y Will Smith, momentos
antes de partir a infiltrarse en la nave madre.

4. Un virus biológico y un virus informático no son la misma cosa. Hay que ser más cuidadosos al tomar ideas prestadas de H. G. Wells, los resultados pueden llegar a ser casi tan catastróficos como contratar a Tom Cruise para que actúe en "La Guerra de los Mundos".


Nota: éste es el post número 100 publicado en Pensando Israel. Aprovecho una vez más para agradecer a todos los lectores.