sábado, 30 de mayo de 2009

Mochilera

Es muy común que los israelíes al terminar el servicio militar obligatorio se busquen algún trabajo no especializado (mozo es uno de los más comunes), que les permita ahorrar dinero para pasear de mochileros durante algunos meses en algún destino lejano y exótico como Sudamérica o el Lejano Oriente. Así es que uno puede sufrir la desgracia de encontrarse con mochileros israelíes hasta en los lugares más recónditos, en ningún rincón del planeta se está a salvo. El viaje es otra etapa más de la vida del israelí, al igual que la escuela, el ejército o la universidad. A diferencia de otros países donde se suele empezar la universidad a los 18 años enseguida después de culminar la secundaria, en Israel los estudiantes por lo general empiezan entre los 22 y los 24, luego de tres años de ejército (dos las mujeres) y uno a tres años de trabajo, viajes y otros menesteres. Por supuesto, hay muchísimos que no siguen ese mismo itinerario; mi hermanita sí. A riesgo de que algún intelectual me acuse de voyeurismo colonialista, a continuación dejo algunas de las imágenes que más me gustaron del viaje que está haciendo en estos momentos por India, Nepal y China. Hermanita: ¡xie xie!

India en colores.

India. Occidentalización.

Nepal.

Hong Kong.

China continental. No olvide llevar paraguas.

China. Hay cosas que no cambian.

China. Entre las nubes y la montaña.

¿Y tú que miras? ¿No sabes que debes colocarte el tapabocas?

Buen provecho.

sábado, 23 de mayo de 2009

La industria de la paz

Al parecer el próximo 4 de junio el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, presentará en Egipto un nuevo plan para la paz entre Israel y los palestinos. La primera pregunta que surge, es qué tendrá este plan que no tenían los anteriores, por qué y cómo va a tener éxito allí donde los demás fracasaron, será éste el plan que ponga el tan esperado fin al conflicto, o de nuevo apilamos otro montón de papeles para que junten polvo en el cajón de las buenas intenciones, junto a la Hoja de Ruta de George W. Bush y la Conferencia de Annapolis. Espero ese día poder sentarme frente al televisor para presenciar otro evento más en la saga de eventos mediáticos a la que llamamos proceso de paz. Pero no soy optimista, me cuesta creer que con el actual gobierno israelí y los actuales gobiernos palestinos (hay dos que funcionan en paralelo, cada uno clama ser el legítimo, la ANP en Cisjordania y el Hamás en Gaza), sea posible alcanzar un acuerdo.

Ante esta objeción es común sacar a relucir el caso del Primer Ministro derechista Menájem Beguin, quien contra todo pronóstico, firmó la paz con los egipcios y devolvió la Peninsula del Sinaí, un territorio tres veces más grande que el actual Israel (con los territorios ocupados incluídos). En este país del revés, como se dice a veces, la derecha hace la paz y la izquierda hace la guerra. Pero hay que recordar también que en aquel entonces los egipcios tenían al Presidente Anwar al-Sadat, un líder de una altura y un coraje al que no se le acerca ningún líder palestino del presente ni del pasado. Tras nada menos que cinco guerras en menos de 30 años, en 1977 un buen día se toma un avión, aterriza en Jerusalén y da un discurso de paz en la kneset. Eso sí que fue un evento mediático de primera, como la llegada del hombre a la luna, el asesinato de Kennedy o la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing; lo de Obama en Egipto, en comparación, no será más que la final del campeonato uruguayo de ping pong. Otro detalle no menor: el Ministro de Exteriores de Beguin era el laborista Moshé Dayán, involucrado personalmente con el proceso de paz, hoy tenemos al fascista Avigdor Lieberman, quien descarta cualquier intento de solución al conflicto como otro despilfarro de dinero de lo que él llama "la industria de la paz".

Cada centavo de shekel está siempre mejor empleado en la industria de la paz que en la multimillonaria industria de la guerra. Mejor que el dinero vaya a los dueños de los hoteles cinco estrellas donde se alojan los dignatarios (y a los sueldos de los periodistas que cubren el evento), y no a las manos de los fabricantes de armas. Pero repito, no veo probable que los primeros vayan a conseguir recortar los ingresos de los segundos en un futuro visiblemente cercano. Una de las cosas que me desaniman es el retorno a la retórica de las oportunidades históricas irrepetibles, repetidas sin éxito una y otra vez. Las novedades que enscienden una tímida luz de esperanza, son la fuerte insistencia del gobierno norteamericano en el congelamiento de la actividad colonizadora en Cisjordania (ya parece estar dando algún resultado), y el hincapié en la mayor participación de los países árabes en el proceso. Ninguna de estás cosas es realmente nueva, la participación árabe ya estaba contemplada por la propuesta de paz saudí del 2002 y el desmantelamiento de parte de los asentamientos está incluida en la primera fase de la Hoja de Ruta del mismo año. La diferencia sería en el énfasis y en las cualidades personales de Barack Obama, su discurso más contemplativo con el mundo árabe y sus menores reticencias a la hora de presionar a Israel. De nuevo, dudo de que con eso baste.

Entradas relacionadas:
* ¿Todo irá bien?

martes, 19 de mayo de 2009

Génesis

Llegué a Israel a principios del 2003, durante la ola inmigratoria de judíos argentinos y uruguayos del 2002-2003, la que siguió a la crisis económica que dejó a Argentina en la bancarrota y arrastró consigo a Uruguay. En el Río de la Plata eran los tiempos aún marcados por el corralito bancario, la huida en helicóptero de Ferando de la Rúa y el llanto de Jorge Batlle. En Israel Ariel Sharón acababa de ser reelecto. En Irak estaba por comenzar la guerra. Se temía que Saddam Hussein reaccionara a la invasión norteamericana lanzando misiles a Israel, tal como lo había hecho hacía doce años, durante la Operación Tormenta del Desierto. Por las dudas, el ejército repartía máscaras antigas a la población, aún conservo la mía.

Mi plan era pasar los primeros cinco meses en un kibutz haciendo lo que se llama ulpán kibutz, consistía en estudiar hebreo tres días a la semana y trabajar otros tres. Llegué a la mañana al aeropuerto y después de los primeros trámites de inmigración, me subí a un transporte que fue repartiendo por los distintos puntos del país a los olim que llegamos en ese vuelo. Después de varias horas era el último pasajero, sólo entonces el chofer me hizo notar que yo no sabía la dirección a la que debía llegar, había dos kibutzim distintos con nombres casi idénticos ubicados uno al lado del otro, no tenía la menor idea cuál era el mío, el chofer se dirigió a uno de los dos al azar. Ya era de noche y llovía torrencialmente, fue una suerte encontrar a alguien al aire libre a quien preguntarle, por pura casualidad resultó que estaba en el kibutz correcto. También por casualidad, me encontré con otro olé uruguayo llegado un par de meses atrás, justo era él quien guardaba las llaves de las habitaciones para los ulpanistas. Fuimos un rato al pub del kibutz y tomamos algo. Volví al edificio que estaba casi vacío y pasé mi primera noche en aquella habitación de paredes blancas, sucias y mal decoradas.

Las clases iban a empezar una semana más tarde de lo programado, así que la primera semana sólo hicimos trámites y trabajamos. A mí y a un olé de Turquía nos enviaron a una sección que se encargaba de preparar DVDs para la distribución mediante máquinas expendedoras fabricadas por el kibutz. Nuestra principal tarea era colocar etiquetas con el código de barras correspondiente a DVDs de películas pornográficas con títulos al estilo de "Colegialas traviesas 4", "Aventura anal 17" o "Sexo en familia 22". Después de superada la sorpresa inicial resultaba algo monótono y aburrido, pero en realidad no habría sido un mal trabajo sino fuera por el mal ambiente laboral. Los kibutznikim israelíes que trabajaban allí, acostumbrados a los olim y voluntarios reemplazados con mucha frecuencia, no tenían el más mínimo interés por establecer con nosotros ningún vínculo social, ignoraban por completo cualquier intento por nuestra parte de practicar la comunicación más elemental. En una ocasión uno de los israelíes llegó a la mañana, saludó personalmente y les deseó los buenos días a todos los presentes uno por uno, menos al turco y a mí, como si fuéramos invisibles. Si hubiéramos sido chicas probablemente hubiera sido diferente, pero al parecer ni el turco ni yo eramos especialmente atractivas. La casi única persona que se comportaba con amabilidad y educación era la jefa, quizás porque ella también era inmigrante, había llegado treinta años antes desde Irán.

La comunicación con el turco no era mucho menos complicada. Yo llegué sabiendo suficiente hebreo como para mantener conversaciones sencillas, pero él sólo sabía palabras aisladas. Él también conocía algunas palabras en español gracias a que sabía algo de ladino, pero no lograba formar oraciones completas y coherentes. Su inglés tampoco era la gran cosa y yo no hablaba nada de turco. Tenía la costumbre de repetir decenas de veces seguidas en voz alta cada palabra nueva que aprendía en hebreo o en español. Sus esfuerzos por aprender ambos idiomas en paralelo eran admirables, pero escuchar sus repeticiones durante horas me daba ganas de lanzarle cajas de DVD por la cabeza. Más adelante le tomé cariño, pero al principio no podía soportarlo.

Para colmo, hasta el clima parecía estar en mi contra. La lluvia es una bendición escaza en esta tierra, pero aquel invierno fue particularmente lluvioso. Si mi memoria no me engaña, el cielo estuvo teñido de gris toda la semana. Entre el cielo gris, las paredes blancas y las personas opacas, me sentía más solo que Adán antes de Eva. Pero de a poco fueron llegando los demás ulpanistas, en su mayoría hispanoparlantes, luego empezaron las clases y cambié de trabajo. A pesar de las dificultades de los primeros días y algunos tropiezos posteriores, hoy miro con nostalgia hacia a esos primeros cinco meses y en conjunto los recuerdo como una época feliz.

viernes, 15 de mayo de 2009

A quién pertenece Jerusalén

Según me informa google analytics varios internautas han llegado al blog buscando la respuesta a la pregunta que plantea el título de este post. Desde google llegan al post A quién pertenece Tierra Santa, sigo manteniendo lo dicho allí: este tipo de preguntas son secundarias, más que lo futiles debates sobre a quién pertenece legítimamente el territorio en disputa según la historia o la religión, lo que realmente importa es cómo se puede llegar a un arreglo que nos permita vivir en paz y buena vecindad. De todos modos, también es importante conocer este tipo de debates para entender mejor el conflicto. Dentro de una semana, se festeja el Día de Jerusalén, siguiendo el calendario hebreo el próximo viernes se cumplen 42 años de la reunificación de la ciudad. Aprovechando la ocasión, aquí les dejo un breve resumen para los interesados:

1. Estatus político actual y demografía
Actualmente Jerusalén es de facto la capital del Estado de Israel y se encuentra en su totalidad bajo soberanía israelí. Allí se encuentra el parlamento, las residencias oficiales del Primer Ministro y el Presidente, los Ministerios y las principales oficinas públicas, la Suprema Corte de Justicia, etc. Sin embargo, la mayoría de países del mundo no reconocen a Jerusalén como capital de Israel o no admiten el derecho a la soberanía israelí sobre el este de la ciudad, por eso la gran mayoría de las embajadas se encuentran en Tel Aviv y no en Jerusalén. La Autoridad Nacional Palestina reclama el este de la ciudad como capital del futuro estado palestino. Para dificultar una posible futura división, el actual Intendente de Jerusalén, Nir Barkat, sigue promoviendo la construcción de barrios judíos en el este de la ciudad.

Jerusalén es la ciudad más grande del país con más de 750 mil habitantes, aproximadamente un tercio son árabes palestinos y viven en la zona este. Los árabes residentes de Jerusalén tienen derecho a la ciudadanía israelí, pero la mayoría de ellos no la solicitan puesto que hacerlo sería reconocer la soberanía israelí sobre la ciudad, se conforman con el estatus de residentes permanentes que los hace acreedores a derechos como la cobertura médica estatal, pero no al derecho al voto. De entre los habitantes judíos, cerca de la mitad son ultraortodoxos.

2. Historia y relato bíblico
No se sabe con exactitud la antigüedad de la ciudad, pero se estima que tiene más de 3 mil años. Según la Biblia, el Rey David la conquistó y la convirtió en la capital de su reino. Desde entonces, a lo largo de los siglos la ciudad ha pasado de manos como una docena de veces. Estuvo bajo algunos de los grandes imperios de la antigüedad incluyendo a Babilonia, Persia, Macedonia y Roma. Antes de que los romanos la arrasaran en el año 70 d.c estuvo bajo soberanía judía durante dos períodos diferentes. Más adelante la ciudad estuvo bajo dominio árabe y bajo gobierno cruzado. De 1517 a 1917 fue una ciudad periférica del Imperio Turco Otomano. En 1917, durante la Primera Guerra Mundial, la tomaron los británicos y establecieron el Mandato Británico de Palestina.

Según la resolución de la ONU de 1947 el mandato debía dividirse en dos estados, uno judío y uno árabe, Jerusalén no sería para ninguno de los dos y quedaría bajo administración internacional. Los judíos aceptaron la resolución, los árabes no y estalló la guerra. Como resultado de la guerra Jerusalén quedó dividida en dos, la parte occidental queda en manos de Israel y la parte oriental en manos de Jordania. En 1967 durante la Guerra de los Seis Días, Israel conquistó la parte jordana y reunificó la ciudad. En 1980 el parlamento israelí promulgó una ley que anexionó a Jerusalén oriental al resto de Israel, a diferencia de Cisjordania y Gaza que continuaron bajo un régimen de ocupación.

3. Según las religiones
Jerusalén es una ciudad sagrada para el judaísmo, el cristianismo y el islam. Allí Abraham casi sacrficó a su hijo Isaac, Salomón construyó el templo, Jesús fue crucificado y enterrado, Mahoma subió al cielo.

Los judíos solemos alegar que mientras que Jerusalén es la ciudad más sagrada del judaísmo sólo ocupa un tercer lugar para el Islam después de La Meca y Medina. Mientras que Jerusalén figura centenares de veces en el Tanaj (Viejo Testamento o Biblia hebrea), no aparece en el Corán. El Corán nombra a la Mezquita Al-Aqsa (que significa en árabe "la extrema" o "la lejana"), la identificación de Al-Aqsa en Jerusalén es una interpretación posterior. Jerusalén ya era sagrada para el judaísmo siglos antes de que surgieran siquiera el cristianismo y el islam. Durante dos mil años la devoción judía hacia Jerusalén no declinó, hasta el día de hoy los judíos rezan mirando en dirección a Jerusalén (los musulmanes rezan en dirección a La Meca), guardamos luto por la destrucción del templo rompiendo una copa en cada casamiento y dejando una esquina sin terminar en cada casa nueva, etc. A pesar de el exilio y la dispersión, se mantuvo una pequeña comunidad judía en la ciudad, casi ininterrumpidamente durante todo ese tiempo.

Admito que conozco en menor profundidad los argumentos que puedan tener los musulmanes. Sé que resaltan a su favor la ventaja numérica, mientras que Jerusalén es sagrada para sólo 13.5 millones de judíos (estimación de la cantidad actual de judíos en todo el planeta), existen en el mundo más de mil millones de musulmanes.


Post relacionados:
* Brevísimo resumen del conflicto palestino-israelí
* A quién pertenece Tierra Santa

jueves, 7 de mayo de 2009

Lost in Translation

Una inmigrante rusa viaja cómodamente en un ómnibus, el ómnibus llega a su parada, pero por algún motivo la puerta no se abre. La rusa muy impaciente e irritada le grita al conductor: "chofer: ábrame por detrás".

La gracia de este viejo chiste consiste en el error lingüístico de la inmigrante que aún no domina el idioma. "Ábrame atrás" (tiftaj li ajora) y "Abrame por detrás" (tiftaj oti meajora), se dice muy parecido, pero en este contexto la diferencia de significado no es muy sutil que digamos. Lo más divertido es cuando este tipo de deslices ocurren de verdad, y en un país con un alto porcentaje de inmigrantes las oportunidades no faltan. Aquí les dejo algunos ejemplos, uno que me ocurrió a mí y otros que les ocurrieron a amigos y conocidos de habla hispana que también residen en Israel.

1. Le pregunté a una chica si estaba esperando a su "príncipe azul". La chica entendió que le estaba haciendo algún tipo de propuesta indecente, resulta que en Israel el color azul está fuertemente asociado con la pornografía, a las películas pornográficas se las denomina películas azules (sratim kjulim), de las personas que se pasan todo el día pensando en el sexo se dice que tienen la cabeza azul (rosh kajol). Si bien yo ya conocía esta curiosidad, no sabía que la cosa iba para tanto, no me imaginé que el asunto abarcaba hasta el mismísmo reino de las hadas. Resulta que para referirme al "prince charming", en hebreo tengo que llamarlo por su largo y engorroso nombre completo: "el príncipe sobre el caballo blanco" (hanasij al hasus halabán). Este episodio me dejó con muchas interrogantes: ¿por qué los príncipes azules son azules y no príncipes violetas o príncipes amarillo patito? ¿de qué color era realmente la caperuza de la así llamada caperucita roja? ¿eran Ruben Darío y George Gershwin unos degenerados, o es que no podían inventarse títulos más creativos para sus obras?

2. Una chica que trabajaba en una cafetería, atendía a un cliente cuyo café se había enfriado, ella intentó preguntarle al cliente si "quieres que te lo caliente" (atá rotzé sheaní ejamem lejá), pero en realidad le preguntó si "quieres que te caliente a ti" (atá rotzé sheaní ejamem otjá). El cliente la miró con una mirada pícara como sopesando la oferta, ella no entendía por qué el cliente no respondía ni por qué sus compañeros de trabajo habían estallado en carcajadas. Al final uno de los compañeros le explicó el error, la chica se corrigió y el cliente tuvo que conformarse con su café recalentado.

3. Un mozo en un restaurante se acercó a la mesa de una pareja de adultos mayores que ya habían acabado de comer, con la intención de preguntarles si podía retirar la mesa (efsher lefanot), pero en cambio les preguntó si podía hacerles cariñitos (efshar lefanek). Daría un ojo de la cara por haber visto la expresión facial de los comensales, me los imagino consultando escépticos el menú del restaurante.

4. El premio mayor se lo lleva mi amigo JFK. Él siempre tan generoso, contó con orgullo que había firmado para hacer una donación a personas que padecen de ceguera (truma leiverim), y que como reconocimiento le habían hecho entrega de una bonita tarjeta. Otro amigo hizo el bien de sacarlo de su error, explicándole que había firmado para la donación de órganos (trumat eibarim) y la tarjeta que recibió no era otra cosa que el carnet de donante de órganos, que en caso de fallecimiento habilita a las autoridades de la salud a donar sus órganos sin tener que pedir permiso a la familia primero. Menos mal que mi amigo tampoco tiene inconveniente en firmar como donante de órganos, probablemente lo hubiese hecho de todos modos, yo le digo que mejor done los globos oculares y así mata dos pájaros de un tiro. A él le dedico el siguiente video de los Monty Python:



Por último quería advertir que si alguno de ustedes se llama Germán, por lo que más quiera, antes de viajar a Israel cámbiese el nombre o adopte un apodo.

lunes, 4 de mayo de 2009

Discriminación racial en Israel

Los lectores habituales del blog habrán oído hablar de la segunda Cumbre de Durbán, otro evento internacional más que tendría que haber sido dedicado a la lucha contra el racismo, convertido en un circo antisemita bajo el auspicio de las Naciones Unidas. Es que cada tanto viene bien que los delegados de los países miembros, se reúnan a confirmar que todo el racismo del mundo se engendra y se concentra exclusivamente en Israel. Curiosamente, un día antes o después de la cumbre, me encontré con una prueba tajante de que el Presidente de Irán tiene toda la razón, Israel es de verdad el país más racista del mundo. Vean este claro ejemplo de discriminación racial...


...positiva. El ómnibus de la foto lleva el cartel de una nueva campaña publicitaria que promociona las becas de estudio a cuenta del estado, para los ciudadanos de origen etíope de hasta 28 años de edad.

Israel es el único país del mundo que ha incentivado y financiado la inmigración de personas de piel negra a su territorio (judíos, obviamente). Con pagarles el pasaje desde Etiopía no basta, para que se integren realmente a la sociedad israelí, en lugar de transformarse en una capa de inmigrantes marginados como los africanos en Europa, es necesario otorgarles ciertos beneficios extras por sobre el resto de la población. Entre estos beneficios se cuenta la posibilidad de estudiar gratuitamente en los mejores centros de estudios terciarios y universitarios del país, puesto que sin acceso igualitario a la educación no existe la igualdad social. Para los etíopes, la adaptación al país es mucho más difícil que para los inmigrantes de otras procedencias, debido a que la distancia cultural entre Israel y Etiopía es mucho mayor que entre - por ejemplo - Israel y Rusia, o Israel y Latinoamérica. En concordancia, los etíopes también reciben mayores beneficios que el resto de los olim. La diferencia más importante es que en el caso de los etíopes, también reciben ayudas los hijos de los inmigrantes aunque hayan nacido en Israel, hablen el hebreo desde la más tierna infancia y hayan estudiado la primaria y la secundaria aquí.

Por supuesto, los etíopes tampoco están por completo al resguardo de la discriminación negativa, aunque sean infrecuentes, hay cada tanto algunos incidentes que salen en la prensa. El último que recuerdo haber leído, también está relacionado con el medio de transporte colectivo. Un chofer insultó a un pasajero etíope llamándole "etíope apestoso" o algo por el estilo. El pasajero demandó a la compañía de ómnibus, la corte falló a su favor y condenó a la compañía a pagarle cien mil shekels de indemnización (18 mil euros apróx).

Más de uno pensará: "un momento, quizás no discriminan tanto según el color de piel, pero qué hay de los árabes". Sé que también existan becas para estudiantes de zonas periféricas de las que se benefician muchos árabes, y según lo que he visto personalmente, hay una cantidad notoria de estudiantes árabes en las universidades. No sé si esta cantidad se corresponde con su proporción en la población, sospecho que no. En parte porque de verdad reciben un trato desigual, y en parte porque en muchas familias árabes aún se ve con malos ojos que las mujeres vayan a la universidad. En Israel la discriminación por motivos de etnia, religión o género está lejos de ser un mal ajeno, que lo mismo se pueda decir de cualquier otro país no es consuelo. La realidad está lejísimos de esa imagen demonizada que transmiten a cada oportunidad algunos personajes enfermos hasta la médula de ese mismo mal que denuncian, lo cual no quita que haya muchísimo por mejorar.


Véase en Sobre Israel opinamos todos.
Acerca de la Cumbre de Durbán:
* Subestimados y subestimadores
* La virginidad y el burdel
* Contra Durban, Eurovisión
Otro caso de discriminación sancionada:
* Israel (también) defiende a Mahoma

viernes, 1 de mayo de 2009

2 israelíes entre las 100 personalidades más influyentes del 2009 según la revista TIME

La revista TIME publica anualmente su lista de las 100 personas más influyentes del mundo. El año pasado la lista incluía a la entonces Ministro de Exteriores Tzipi Livni y este año incluye a su reemplazante, Avigdor Lieberman. Es evidente que TIME no busca reunir a las personas más influyentes sino a las más llamativas, Tzipi Livni no era más influyente que el enonces Primer Ministro Ehud Ólmert, y por más influente que sea Avigdor Lieberman, no lo es más que el actual Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Aunque ya es más difícil comparar, no creo que se pueda asegurar que Lieberman es más influyente que el Ministro de Defensa, Ehud Barak, o que la Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Dorit Beinish. El caso de los españoles que aparecen en la lista, hacen aún más patente la naturaleza de la misma, por más que haya una división en categorías, no es concevible que la acrtiz Penélope Cruz y el tenista Rafael Nadal sean más influyentes que el Presidente José Luis Zapatero (me imagino que los lectores españoles conocerán otros ejemplos).

De todos modos, al enterarme de la inclusión de Lieberman en la lista, mi reacción fue la misma que me provoca el señor ministro con cada una de sus apariciones públicas: un molesto sentimiento de bochorno. Por suerte en la lista aparece otro israelí para salvarme el día y devolverme el orgullo: el empresario Shai Agassi. La empresa de Agassi está trabajando en la instalación de redes de infraestructuras que permitirán en un futuro cercano la utilización masiva de automoviles eléctricos en Israel, Dinamarca y Hawaii. También está en tratativas para implementar su plan de infraestructuras en otras 25 regiones del mundo. Le deseo la mayor de las suertes, que sus proyectos prosperen y ojala podamos ver los avances a la brevedad. Me pregunto que dirán al respecto los partidarios de los boicots a los productos israelíes.

Fuente:
* Artículo en ynet (en hebreo)