domingo, 1 de noviembre de 2009

Si Rabin estuviera vivo

El jueves según el calendario hebreo se cumplieron 14 años del asesinato del Primer Ministro y Ministro de Defensa¹ Isaac Rabin, y se llevó a cabo el acto conmemorativo oficial en el cementerio de Har Hertzel en Jerusalén. Para ayer a la noche estaba programado (se postergó por la lluvia) el ya tradicional acto frente a la intendencia de Tel Aviv en la Plaza Reyes de Israel, dónde ocurrió el asesinato, rebautizada desde entonces como Plaza Rabin. Allí, el 12 de jeshván de 5756, 4 de noviembre de 1995, al finalizar la multitudinaria manifestación de apoyo al proceso de paz, dos balazos mataron al hombre y dieron vida al mito.

En estas fechas de duelo y reflexión cabe volver a plantearse varias interrogantes, y entre ellas: qué hubiera ocurrido entre israelíes y palestinos si Isaac Rabin siguiera con vida. Nunca sabremos la respuesta, lo que pasó pasó, no es posible resucitarlo y comprobarla. Aún así quiero aprovechar la pregunta para analizar un poco la figura de Isaac Rabin y la dinámica del conflicto.

Hay quienes creen que si Rabin no hubiera sido asesinado, ya habríamos alcanzado un tratado de paz que habría puesto el punto final a todas las disputas, se habría establecido el estado palestino, y al este del río Jordán todos viviríamos felices y comeríamos perdices (con humus). Las trabas que surgieron tras su muerte no habrían surgido, y en el caso de que sí surgieran, San Isaac obraría milagros y las sortearía sin que se derrame una sola gota de sangre. Como si todo el peso y toda la responsabilidad por la violencia en Israel y Medio Oriente, recayeran únicamente sobre aquel que ocupe el puesto de Primer Ministro de Israel.

Me llaman la atención los elogios que recibe después de muerto, por parte de quienes condenan absolutamente toda acción militar israelí, quien en vida fuera uno de los más grandes generales que hayan pasado por el ejército de Israel. El Jefe de Estado Mayor durante la Guerra de los Seis Días, quien comandó a las tropas que conquistaron Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, los altos del Golán y la Península del Sinaí en 1967. El Ministro de Defensa que al comenzar la Primera Intifada en 1987, dio la orden de reprimirla quebrando huesos.

Famosa fotografía de Moshé Dayán, Isaac Rabin
y Uzi Narkiss entrando en Jerusalén. Junio de 1967.


En aquella trágica tarde de sábado dijo Rabin en su inolvidable discurso:

"Fui un militar durante 27 años, he librado guerras cuando no había la posibilidad de lograr la paz. Creo que hoy existe una opción para la paz, una oportunidad única que debemos aprovechar para quienes están aquí hoy y para quienes no lo están - y ellos son muchos. Siempre he creído que la mayoría del pueblo quiere la paz y quiere darle una oportunidad a la paz."

Esas palabras denotan un intenso cambio de rumbo. Pero nótese que el cambio no comienza desde la persona, sino a partir de las circunstancias, de la "opción" que antes no existía. Según esta retórica es la "opción" la que cambia a la persona y no a la inversa, él ya creía en la paz desde siempre, sólo faltaba que se presentara la "oportunidad única". En definitiva, seguimos hablando de un mismo individuo, Isaac Rabin de 1995 era el mismo que Isaac Rabin de 1987. La pregunta es entonces, qué hubiera hecho frente a las circunstancias cambiantes. Ante los posteriores ataques desde Gaza, Cisjordania y el Líbano, ¿habría actuado sin recurrir a la violencia? No lo creo. Algún devoto de San Rabin me responderá que buena parte de esos ataques ni siquiera habrían ocurrido. ¿Acaso Rabin se habría escurrido del callejón sin salida al que llegó más tarde Ehud Barak con Yasser Arafat? Lo dudo. Me parece más verosímil decir que si Rabin estuviera vivo hoy, se redactarían informes acusándolo de crímenes de guerra y muchos de quienes lo idolatran exigirían ver su cabeza colgada en La Haya.

"Eifo ieshnam od anashim quemó ha-ish ha-hú". "Dónde hay otros hombres como aquel hombre", pregunta la letra de una de las canciones que es costumbre cantar en los actos de recuerdo a Rabin. No sé dónde hay otros hombres "ka-aravot ha-bojiot", "como los sauces llorones", pero militares israelíes dedicados a la política y partidarios de buscar un acuerdo de paz con los palestinos, los hay al por mayor. Ya teníamos otro Primer Ministro con ese mismo perfil menos de cuatro años después del asesinato, Ehud Barak de 1999. Tampoco se han agotado los hombres como Arafat 2000, políticos ladrones más ocupados en amasar fortunas personales que en asegurar el bienestar de su pueblo, siempre prontos para retornar al camino del terrorismo.

Les dejó aquí el video de la canción interpretada por Shlomo Artzi en la Plaza Rabin:


Isaac Rabin, de 1922 a 1995, ihié zijró baruj, que su recuerdo sea bendito.


¹. Ocupaba ambos cargos en simultáneo, igual que David Ben-Gurión.

5 comentarios:

  1. Siempre me pareció mal interpretar los grandes hechos políticos de la historia en un tono personalista. Como bien indicas, los líderes no pueden hacer nada si las circunstancias no son las apropiadas.

    Sobre lo que recordás de la política de Barak en el 99´, recuerdo que leí al respecto que la propia viuda de Rabin criticó en su momento el plan de paz que ofreció Barak en aquel entonces. Dijo, entre otras cosas, que su marido no habría cedido tanto.

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  2. Totalmente de acuerdo con tu post. Rabin era alguien que quería la paz, pero no era un pacifista ingenuo. Era un hombre realista que tenía claro que Israel es un estado que tiene derecho a existir y a defenderse.

    En el recuerdo este siempre.

    P.D. Según vi en un documental Rabin dijo que él nunca había dicho lo de “quebrar huesos”.

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  3. Varias cosas:

    - El proceso de Oslo no fue fruto de Rabin, sino de Shimon Peres y otros elementos de la izquierda israelí (las relaciones con Rabin no fueron las mejores). Por lo tanto, Rabin se incorporó a un proceso en marcha que comenzaron otros, y nunca pareció tener todas las claves del proceso, de lo comentado entre unos y otros. Siempre pareció ir a remolque y sin controlar el ritmo del proceso.

    - La enorme popularidad de Rabin fue post-mortem, es decir, la continuidad de los atentados hubiera influido muy determinantemente en la opinión pública. De hecho, su asesinato fue consecuencia de una campaña de incitación en su contra pero que tenía bastantes elementos no violentos que no estaban de acuerdo en como se estaban llevando las cosas. No olviden que el terrorismo palestino ya estaba muy presente en esos momentos.

    - "La paz de los valientes" de Rabin es un mito interesado que no tiene en cuenta la división existente entonces en la sociedad israelí y que se iba profundizando cada vez más. No creo que Rabin hubiera llegado hasta el final (¿qué final? ¿el deseado por los palestinos que no era el de Rabin?) con el coste interno que habría producido y con la violencia terrorista en alza.

    - Como dice RTetcétera hoy en día solamente es un icono útil para cierta ideología y para los que deseen condenar de antemano a cualquier gobierno israelí, ya que nunca, en ningún caso, darán o harán lo que ellos suponen que daría o habría hecho "su imaginario Rabin".

    - Recordar que Rabin también estuvo implicado en casos de corrupción (cuentas ilegales en el exterior, financiación), que eso sí, en comparación con los posteriores parecen de pecados de boy-scout

    - No deja de ser sorprendente que Ariel Sharon también participa de una memorabilia de parecido, que no similar, estilo.

    Bienvenido pues al santoral de los mártires de los políticamente correctos.

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  4. José Antonio:
    ¿Así que Rabin no era más que un borrego de Peres? Ja, Rabins imaginarios hay para todos los gustos, íconos útiles para ideologías muy distantes.

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  5. Bueno, la apreciación peyorativa es tuya.

    Es de sobra conocido que los verdaderos arquitectos y urdidores del proceso fueron otros, que Rabin dio el visto buenos a unas negociaciones secretas previas y que Peres le convenció para que superara su aversión a la hora de tratar con Arafat.

    En la división del trabajo posterior no he entrado.

    No obstante, quizá ese calificativo forme parte de tu Rabin imaginario.

    En suma, y como se veía venir, el único Rabin aceptable es el de la...

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