A finales del 2009 el abogado Eldad Yaniv y el dramaturgo Shmuel Hasfari publicaron su "Manifiesto de la Izquierda Nacional. Primer borrador." No hubiera llegado a leerlo si no fuera por la controversia de hace un par de semanas, cuando bajo presión de grupos de colonos el "librillo azul" fue retirado de Tzomet Sfarim, una de las dos cadenas de librerías más grandes del país. Allí "vendían" el libro junto con una bandera de Israel a la módica suma de un shekel (20 centavos de euro). Pongo vendían entre comillas, porque a ese precio simbólico, más que venderlo lo repartían gratis. Como era de esperar, varios grupos de izquierda protestaron ante lo que consideraron un ataque a la democracia, que un grupo de presión política impida la "venta" de libros de otra corriente.
Todo lo contrario. En Israel existen leyes que impiden a candidatos políticos tanto nacionales como municipales, adquirir periódicos o estaciones de radio. Así los medios de comunicación mantienen cierta independencia, necesaria para que ejercer su rol como "perro guardián" de la democracia. En Israel no es posible un Silvio Berlusconi, que se abra paso al poder comprando medios de comunicación gracias al peso de su dinero. Esto no quiere decir que cada medio no tenga su clara postura ideológica, con sus evidentes preferencias políticas y partidarias. Pero no se da el caso que se pongan lisa y llanamente al servicio directo de tal o cual movimiento político, no veo por qué deba ser distinto para las cadenas de librerías. No me cabe duda de que si en lugar de distribuir propaganda de la "Izquierda Nacional", Tzomet Sfarim dedicara su basta red comercial a repartr panfletos propagandísticos de la derecha nacionalista, los de izquierda pondríamos el grito en el cielo. Juguemos todos bajo las mismas reglas.
De todos modos, la "censura" jugó a favor del dichoso manifiesto. No debo ser el único que pensó: si causa tanto revuelo, si tanto enfurece a los colonos, puede que valga la pena echarle un vistazo. Por esta vez les doy la razón, su enojo está más que justificado. Me gusta la yuxtaposición de esas dos palabras, izquierda y nacional, por ese lado me siento identificado. Más que con el manifiesto en sí, concuerdo con el artículo de Gadi Taub adjunto al final: la izquierda israelí ha dejado de lado la bandera de Israel, se la ha cedido a la derecha, bienvenidos sean quienes se disponen a recuperarla. Pero las ideas de Taub sobre el patriotismo - entendido como el compromiso solidario con el bienestar de tus compatriotas, compromiso necesario para la supervivencia de la democracia - son tema para otro post. El problema con el manifiesto es que cae en un lenguaje plagado de odio (bastante soez además, aunque eso es lo de menos), no apunta a la solidaridad, sino a los sentimientos de frustación y venganza. Esa agresividad me recuerda a Avigdor Lieberman, sólo que en lugar de tomárselas con los árabes-israelíes, Eldad y Hasfari dirigen su furia hacia los evasores del servicio militar y a los colonos. Un método efectivo, pero cuestionable.
El texto abarca en poco espacio una gran variedad de temas, ofrece una postura compleja e interesante sobre la sociedad israelí y el conflicto con los palestinos. Sumado a ello, el estilo con el que va saltando de tema en tema como por asociación libre de ideas, y al mismo tiempo siguiendo una clara y progresiva argumentación, lo hace muy difícil de resumir (me proponía hacerlo, por ahora desistí). Pero por los mismos motivos su lectura se hace bastante llevadera, se puede leer completo en hebreo o en inglés.
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