El rabino Jaim Amsalem ya venía desafiando la paciencia de sus compañeros del partido ultra-ortodoxo sefaradí Shas. Primero se le ocurrió declararse a favor de facilitar la conversión al judaísmo a soldados no judíos que sirven en el Ejército de Israel, reconocer la validez de las conversiones realizadas mediante el programa de conversión patrocinado por el ejército. Se trata de un programa que permite a los soldados que así lo deseen, estudiar para la conversión y llevar a cabo la ceremonia, a cuenta de parte del tiempo del servicio militar obligatorio. Quienes más se benefician del programa, en general son jóvenes inmigrantes de la ex-URSS que se sienten parte del pueblo judío y del Estado de Israel, pero que no son extricamente judíos según la halajá (no son hijos de madre judía). Los rabinos a cargo de certificar el proceso pertenecen a la corriente llamada religiosa-nacional o otrodoxa moderna, no a la ultra-ortodoxia. ¡Cómo se le ocurre! ¡aceptar conversiones realizadas por miembros de una corriente distinta y menos rigurosa que la propia! ¡Dios nos libre! ¿Podría haber algo peor?
Sí que podría, Amsalem ha tenido la alevosía de afirmar que los ultra-ortodoxos deberían trabajar e ir al ejército como todo hijo de vecino, que sólo una élite de estudiantes destacados debería ser a de subvencionada para que se dedique toda la vida a los estudios religiosos, el resto que salgan a ganarse el pan por su propia cuenta como lo hicieran sus antepasados durante siglos. Esa fue la gota que derramó el vaso, exigirle a un ultra-ortodoxo que renuncie a sus privilegios y deje de vivir de arriba es como intentar bañar a un gato, no sales de allí sin ligarte un arañazo. El autoproclamado "comité de sabios de la tora" (מועצת חכמי התורה), encabezado por el afamado Ovadia Iosef le ordenó que renuncie al parlamento y ceda su puesto a quien lo sigue en la lista Shas. Y entonces fue cuando Amsalem hizo lo inconcebible: se comportó como una persona capaz de razonar y actuar en forma independiente, sin someterse a cada mandato del líder espiritual incuestionable. Se negó a renunciar.
Días después comenzó el Incendio en el Monte Carmel. Me extrañó que Ovadia Iosef no culpara a Amsalem del incendio y se conformara con atribuir el castigo divino solamente a los laicos que no santificamos el shabat. Eli Ishai, el líder político de Shas, tan ocupado unos días antes en hacer expulsar al blasfemo Amsalem, de pronto tuvo que dejar tan sagrada tarea para dedicarse a la aún más santa misión de explicarle a todo el mundo, porque él, a pesar de ocupar el puesto de Ministro del Interior y tener a su cargo al servicio de bomberos no es responsable del desastre, sino todo el resto del mundo. Culpó entre otros a Ariel Sharon, que está en coma desde hace casi cinco años. De nuevo, me extraña que no haya culpado también a Amsalem.
Varios analistas sostienen que con la expulsión de Amsalem, Shas se ha disparado a si mismo el pie. Muchos judíos sefaradíes religiosos (no ultra-ortodoxos) que sí trabajan, ven a Shas como el representante de su comunidad y le otorgaban sus votos en las elecciones. Es probable que si Amsalem forma su propio partido esos votos vayan a parar a él.
No es común que un rabino ultra-ortodoxo me inspire admiración y respeto. Le agradezco a Amsalem que me haya recordado una vez más que no todos son iguales, es algo que nunca se debe perder de vista.
Imre Goth
Hace 2 años
Hay muchos israelíes que respetan la religión judía de manera tradicionalista, en su mayoría de origen sefaradí u oriental, que votan a Shas. Es decir, no todos son religiosos ultraortodoxos... Con sus constantes declaraciones, el rabino Ovadia Yossef lo único que consigue es alejarse cada vez más de ellos y perder sus votos.
ResponderEliminarAmsalem se merece también todos mis respetos. Kol Hakavod.
Creo que en tu exposición se te escapa lo más importante, al menos lo más traumático para el sector religioso del que hablas (el control de las conversiones o de la posible mano de obra sólo influyen en las canonjías asociadas y en el control social del grupo).
ResponderEliminarLo destacable en Hayim Amsalem es que reivindica las leyes y tradiciones religiosas sefardíes, como más adaptables y benevolentes, frente al rígido dominio ortodoxo ashkenazi. Y esto representa una especie de terremoto porque cuestiona al máximo el papel del lider religioso sefardí, quién supuestamente debía defender esa tradición sefardí, pero que lo único que asegura verdaderamente es el control religioso ashkenazi y de sus dirigentes (y el suyo dentro de su ámbito).
Esa es la gran contradicción del Shas (al menos en sus reivindicaciones de una mayor igualdad étnica, por así llamarlas), pues todo su modelo y objetivo es integrarse o disolverse en el modelo religioso ashkenazi. Así, sus bien dotadas escuelas palidecen a nivel de reputación con respecto a las yeshivas ortodoxas ashkenazis, y en buena medida la reputación de sus religosos y alumnos viene determinada por su grado de fidelidad al riguroso modelo religioso ashkenazi. De ahí vienen bastantes problemas de desigualdad existentes dentro del mundo religioso.
Por otro lado, esta situación, aunque de un modo menos manifiesto y brutal, también se viene dando al nivel de las élites políticas laicas y liberales propias del "Estado de Tel Aviv", muy destacadamente ashkenazies, tan preocupadas aparentemente por las desigualdades pero tan poco conformes con la nueva composición demográfica del país (sefardíes, rusos, etcétera), y su ejercicio del voto.
Finalmente, pensar que la "rebelión" de Hayim Amsalem (sobre todo la religiosa) pueda tener una expresión política requeriría muchos más apoyos, inclusive desde el área laica sefardí. El dinero para ello tienen sobre todo las élites ashkenazies. Quizá se podría intentar una "voladura" controlada del Shas, pero su público parece muy fiel y los apoyos externos se verían como una intromisión (laica ashkenazi contra unos sefardíes que, diciendo querer representar a su público, finalmente apoyan la agenda del establishment religioso (ultra-)ortodoxo ashkenazi.
Tiene más futuro esperar el fallecimiento del lider religioso, Ovadia Yosef, y ver como se dirimen las consecuentes luchas por el poder
José Antonio: tienes razón, ese el meollo del asunto. Aunque a diferencia del tema de las conversiones y del servicio militar, lo que mencionas sean disputas halájicas internas que conciernen menos al resto de la sociedad, al menos no tan directamente.
ResponderEliminarEspero que estés equivocado y Amsalem pueda competir con Shas antes de que palme el "gaón hador".
En cuanto a las élites ashkenazíes laicas... hay unos cuantos miembros felices con los últimos resultados electorales.
En fin, el tiempo dirá.
Gracias, Amsalem, por pensar en nosotros los laicos.
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