No, el título de este post no intenta sugerir que Ehud Ólmert es un líder complejo cuya figura puede ser examinada desde distintos enfoques. Tampoco acusa a Ólmert de ser un hipócrita manipulador, que esconde su verdadera cara bajo una serie de caretas. Este post trata simplemente sobre las muchas caras de Ehud Ólmert, sus muchas caras de idiota.
No deja de sorprenderme la alta frecuencia con la cual se publican fotografías que capturan expresiones faciales embarazosas de nuestro Primer Ministro. La prensa local no le tiene mucho cariño nuestro actual mandatario, no me cabe duda que eligen a propósito publicar las imágenes en las que sale peor parado. No los culpo, es que Ólmert se las pone muy fácil.
He visto muchas fotografías de otros líderes captados en momentos y desde ángulos inoportunos. Pero a Ehud Barak (Ex Primer Ministro, actual Ministro de Defensa) o a Bibi Netanyahu (Ex Primer Ministro, actual líder de la opocisión) no hay cámara que los haga pasar vergüenzas como la de la fotografía anterior. Ólmert rompe todos los records. Y es que no es solamente una única pose de estúpido, el tipo realmente tiene todo un repertorio de expresiones faciales muy sugestivas. Para ser justo, debo añadir que sus muchas expresiones no son siempre expresiones de imbécil, a veces aparece cansado, desconcertado, nervioso o incomodo.
El problema es que un buen líder no puede ser tan transparente. Debe guardarse esas sensaciones para la intimidad, ante el público tiene que proyectar una imagen que inspire seguridad, estabilidad y confianza. Lo cierto es que Ólmert tiene menos carisma que una marmota. ¿Cómo llegó entonces a ocupar su puesto actual? Tuvo suerte, estuvo en el lugar adecuado en el momento adecuado. Era el lameculos número uno de uno de los líderes más carismáticos que ha tenido Israel: Ariel Sharón. Tres meses antes de las elecciones del 2006, Sharón tuvo un infarto cerebral y entró en un coma del cual aún no ha salido. Ehud Ólmert pasó a ocupar su lugar como Primer Ministro interino, como líder del partido Kadima y poco después como Primer Ministro electo. Yo lo voté pensando en que iba a seguir el legado iniciado por Sharón al desmantelar los asentamientos judíos en Gaza el año anterior, no que se iba dejar arrastrar a otra guerra y encima la iba a perder. Desde entonces nos hace pasar vergüenza en casa y en el exterior.
Es una lástima que en en lugar de dedicarse a la política, Ólmert no siguió la carrera de comediante. Como Primer Ministro tiene los días contados, es hora de que empiece a reconsiderar sus opciones. Jim Carrey: apróntate, tienes competencia.
Imre Goth
Hace 2 años
Olmert tiene cara de mafioso.
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