jueves, 7 de enero de 2010

El sobretodo sirio

Tanto o más que los grandes edificios, los parajes naturales o la gastronomía local, lo que me gusta de viajar es la gente inusual con la que te vas topando mientras se hace camino al andar. Como aquella señora canadiense que conocí en el hostel de Barcelona, de más de 60 años que lleva los últimos diez recorriendo el mundo, viviendo y enseñando inglés en lugares tan dispares como Jordania, China y Mozambique. Me contó que a Israel solía verlo desde las montañas jordanas, pero no pudo entrar, le denegaron la visa por haber pasado un período en Siria. "Mi vecino", me llamaba simpática e irónicamente.

No hablamos mucho del conflicto, ella no parecía querer confrontarme con sus opiniones desfavorables a mi querido Israel, adquiridas desde el este y desde el norte, que de todos modos dejó entrever. Y yo estaba más interesado en irme de copas con otros turistas hospedados en el mismo hostel, cuya edad se aproximaba más a la mía (cuatro peruanos, dos alemanes y una china), que en entablar debates políticos. De todos modos no pude evitar emitir algunos comentarios sobre el tema, sobre todo cuando me enseñó su sobretodo sirio.

Me explicó que aunque le quedaba un poco grande, era su saco preferido, sumamente cálido y abrigado. No era para menos, más que una prenda de vestir parecía una choza entera, suficiente para proteger a tres esquimales. Me dijo que en Siria dicho atuendo era necesario ya que durante la mayor parte del invierno no había calefacción ni agua caliente. Atónito le pregunté si eso pasaba también en Damasco, a lo que me contestó que sí. Ahora que lo pienso, se me pasó por alto preguntarle si ello se debía a la falta de electricidad, la falta de gas o la carencia de instalaciones. Sea como sea, todas son formas de atraso y subdesarrollo que no me hubiera imaginado de un país como Siria (menos aún en plena capital), encajan más con la imagen que mi hermana me transmitió de Nepal, uno de los países más pobres del mundo.

Siria es un país con suficientes recursos como para haber mantenido bajo ocupación militar a otro (Líbano), para armar y financiar organizaciones terroristas dentro y fuera de sus fronteras (Hezbolá y Hamás), ¿pero no es capaz de abastecer a sus ciudadanos de energía para la calefacción doméstica durante el invierno? ¿Qué clase de tirano fija así sus prioridades nacionales y cómo es que el pueblo no se subleva? ¿Serían parte de un nuevo plan para combatir el frío, aquellos cimientos de central nuclear que Israel bombardeó en el 2007? Pobre Assad, no es un mal tipo, lo que ocurre es que padece de frío, para calentar un poco el cuerpo tiene que ordenar algún asesinato político en el Líbano de vez en cuando, o enviar un cargamento de misiles para Hezbolá. Y el sirio común y corriente mejor que busque su confort en el odio hacia a Israel, un fuego muy caluroso y mucho más fácil de alimentar, para el que nunca faltará leña. Si con eso y sus magníficos abrigos no alcanza, que importen de Barcelona el chupito antorcha:


Véase también:
* El sobretodo de Nikolai Gogol.

2 comentarios:

  1. Sepa usted que en muchos países latinoamericanos tenemos electricidad y gas... Y no usamos calefacción.

    Solo eso

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  2. israelis pronto caera lavengansa arabe liberen apalestina del aparteid latino america unida apalestina

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