martes, 7 de junio de 2011

Qué se siente ser una judía lesbiana chino-americana

Esta semana se celebró en la Kneset (parlamento israelí) el congreso del orgullo gay, participaron 18 diputados de diversos partidos, no fueron muchos si tomamos en cuenta que en total hay 120 escaños, pero fueron más que en otros años. Los eventos los organizó Nitzán Horowitz de Meretz. Me parece una buena ocacsón para transcribir el siguiente artículo de Davi Cheng, publicado originalmente en inglés aquí. Me pareció sorprendente y conmovedor, por lo que me he tomado la libertad de traducirlo casi en su totalidad.

Antes de continuar aprovecho para desearle a todos jag shavuot sameaj, feliz fiesta de shavuot. Coman muchos lácteos. Y ahora sí, aquí va:


"Una de estas cosas no es como las otras, una de ellas sencillamente no pertenece..." Conocen el juego de niños de señalar el objeto que no se corresponde con el grupo? Sintieron alguna vez que ustedes son el objeto que no encaja? Yo sí.

Soy una inmigrante china nacida en Hong Kong, judía y lesbiana. A veces soy demasiado china para encajar con mis amigos americanos o a veces demasiado americana para encajar con mis amigos chinos, soy demasiado gay para los chinos y demasiado china para los judíos. Un modo de verlo es que no pertenezco en ninguna parte, el otro modo es verlo es que pertenezco a múltiples comunidades y puedo servir de puente entre las diferencias.

Pienso que todos, en un momento u otro, luchamos para encontrarnos a nosotros mismos. Abordando el hecho de ser judíos, heterosexuales, homosexuales, no importa lo qué. Puede ser un asunto de género, pueden ser expectativas de cierta profesión, ser alto, bajo, o lo que sea. Algunas identidades nacemos con ellas, otras las adquirimos más adelante en la vida, algunas nos son impuestas por la sociedad o por circunstancias que están fuera de nuestro control, otras las creamos nosotros mismos. Pero lo más importante es que todos somos creados betzelem elohim (a imagen y semejanza de Dios), todos somos igualmente únicos.

Me siento bendecida por haber encontrado un hogar, una comunidad, un lugar donde puedo expresar mi verdadero ser, la congregación Beth Chaym Chadashim, la primera sinagoga LGBT, establecida en 1972 para servir con la visión y los valores de igualdad, honradez e inclusión. Permítanme compartir con ustedes la plegaria que pronunciamos cada semana:

Querido Dios,
Damos gracias por la bendición de la familia,
en cualquier forma que llegue a nuestras vidas.

Y por nuestros hijos:
Que sean quienes son,
sean bendecidos en todo lo que son.

Y para todos nosotros:
Que seamos quienes decimos ser.

Qué tal si jugamos a otro juego de niños? Dónde está Wally. El juego en que señalamos a un individuo único en armonía con todos los demás."


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1 comentario:

  1. Sobre todo la tolerancia que puede romper tantos contrastes, un valor único¡

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