Qué gusto me dio escuchar la noticia sobre la participación de asesores israelíes en la preparación de la reciente operación militar del ejército colombiano, que dio como resultado el rescate de Ingrid Bentancourt y una docena más de secuestrados por las FARC. Por fin una participación militar de Israel en el exterior de la que me puedo enorgullecer como israelí "sin peros".
En los últimos diez meses la prensa occidental había informado sobre dos operaciones atribuidas a Israel, llevadas a cabo en el exterior, más concretamente en Siria. La primera fue el bombardeo por parte de la aviación israelí de lo que - según el New York Times - eran los cimientos de una incipiente instalación nuclear, en setiembre del año pasado. La segunda fue el asesinato del líder militar de Hizbolá Imad Mugnyah, requerido por la justicia argentina en relación al atentado de la Amia, por Israel y Estados Unidos por varios otros atentados. Mugnyah fue responsable por la muerte de cientos de ciudadanos de decenas de países en sus más de 20 años de actividad. Era considerado uno de los mayores líderes terroristas del mundo, con poco que envidiarle al propio Bin Laden. Ocurrió en febrero y se cree el responsable de su muerte fue el Mossad.
Más allá de la cuestión de si esas acciones eran verdaderamente necesarias, convenientes y justificables, toda acción ofensiva deja un mal sabor. Por una vez, es reconfortante pasar del ataque al rescate. Aunque también un rescate sea en definitiva una operación violenta, no causa tantos dilemas, por lo menos si éste resulta exitoso. Te queda la tranquilidad de que has actuado en estricta defensa propia (o en este caso, ayudado a otros a hacerlo).
Lamentablemente, Israel ha tenido que acumular una vasta experiencia en operaciones de rescate de secuestrados. La más famosa fue la "Operación Entebe" sobre la cual se filmaron varias películas. En 1976 un grupo de palestinos secuestraron un avión de Air France que viajaba de Atenas a París. Los pasajeros judíos e israelíes fueron retenidos como rehenes en un aeropuerto de la capital de Uganda. El comandante de la operación fue abatido, se trataba de Yonatán Netaniahu, hermano de Benjamín Netaniahu, quien dos décadas más tarde sería electo Primer Ministro y hoy ocupa el puesto de líder del partido Likud y líder de la oposición paralamentaria.
Me parece que el parentesco entre la legendaria operación israelí y la reciente operación colombiana, se nota en el uso de disfraces para embaucar al enemigo. Los rescatadores colombianos se hicieron pasar por un grupo paramilitar afín a las FARC, con una escenografía en la que no se ahorró vestimenta, armamento ruso ni helicópteros. Hasta Entebe, a 4.000 kilómetros de Israel, el comando israelí había llevado consigo un Mercedez Benz igual al del presidente de Uganda Idi Amín, del que se sirvió para hacer creer a los guardias del aeropuerto y a los terroristas, que el presidente había llegado sorpresivamente de visita.
Bentancourt ha agradecido a Israel y ha prometido su apoyo en la campaña por liberar al soldado secuestrado por Hamás, Guilad Shalit.
Imre Goth
Hace 2 años
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