Hace media hora se cerraron las urnas y los tres principales canales de televisión israelíes publicaron los resultados de las encuestas a boca de urna. Todavía hay que esperar por lo menos hasta mañana a la mañana para recibir los resultados reales, pero cabe suponer que la diferencia con las encuestas no serán mayor a una o dos bancas más o menos para cada uno de los partidos. Teniendo en cuenta lo ajustado de los resultados, esas pequeñas diferencias pueden definir quién será el próximo Primer Ministro de Israel.
Por ahora, los escaños se reparten de la siguiente manera:
1. Kadima (centro): 29-30
2. Likud (derecha): 27-28
3. Israel Beiteinu (ultranacionalistas laicos): 15
4. Avodá (centro-izquierda): 13
5. Shas (ultraortodoxos sefaradíes): 9-10
6. Iaadut Hatorá (ultraortodoxos ashkenazíes): 5
7. Meretz (izquierda): 4
Tres partidos árabes sumados: 9-10
Otros dos partidos de ultraderecha: 6-7
Aún si se confirman estos resultados no está claro quién será el Primer Ministro. Esta situación no tiene precedentes en la historia de Israel, por primera vez no coincide la identidad del mayor partido con la del partido mejor posicionado para formar gobierno. Si bien Kadima es el partido que obtuvo más votos, el Likud es el que tiene las mayores posibilidades de lograr una coalición de gobierno, debido a que sumando a los partidos de derechas se obtienen más escaños (63-64) que con los partidos de centro e izquierda (56-57). La decisión de a quién darle la primera oportunidad de formar gobierno queda en manos del Presidente, Shimón Peres. Cabe destacar que antes de las elecciones, tras la renuncia de Ehud Ólmert, Peres ya le había encomendado a la líder de Kadima, Tzipi Livni, la tarea de formar gobierno, pero Livni no lo consiguió y por eso se adelantaron las elecciones que de otro modo tendrían que haberse llevado a cabo dentro de un año.
La gran sorpresa de estas elecciones es el partido Israel Beiteinu de Avigdor Lieberman, que con su mensaje de odio racista en contra de los ciudadanos árabes israelíes, logró colocarse en el tercer puesto. La gran derrota la sufrió Avodá, el partido cuyos líderes fundaron el Estado de Israel y lo gobernaron durante las primeras tres décadas, recibe el peor golpe de su historia y queda en el cuarto puesto. De todos modos en la política israelí ninguna derrota es para siempre, el Likud recibió un golpe similar en las elecciones anteriores, bajando de 38 bancas a 12, y esta vuelta se recupera parcialmente. El Likud y su líder Benjamín Netanyahu por su lado, se quedan con un gusto amargo en la boca, no obtienen la victoria clara y segura que le pronosticaban las encuestas, parece que la victoria se les escapa de las manos a último momento, cuando ya casi la estaban festejando.
Actualización 23:00 hs: tanto Tzipi Livni de Kadima como Benjamín Netanyahu del Likud, afirman cada uno ser el verdadero ganador de las elecciones y el próximo Primer Ministro de Israel.
Imre Goth
Hace 2 años
Estaba leyendo algún artículo en Jpost que dice que habrá que reformar el sistema electoral. ¿Esto se plantea en serio?
ResponderEliminarAcá (por "acá" entiéndase no España sino Cataluña) hace algunos años que la derecha nacionalista (el partido de coalición CiU) lo pide, porque en las dos últimas elecciones fueron el partido más votado pero siempre termina gobernando una coalición de los tres partidos de izquierda. De todas formas, ni se hace, ni parece que se vaya a hacer en un futuro próximo, así que no sé si allá será lo mismo o si realmente se plantea en serio el tema.
Alan: sí, se plantea en serio. El sistema actual no sirve para una sociedad tan fragmentada como la israelí, ningún gobierno logra sobrevivir una cadencia completa de 4 años. En los últimos 10 años hubo 5 elecciones nacionales. La situación actual es peor que nunca, van dos elecciones seguidas que ni un partido suma siquiera la mitad de los votos necesarios para gobernar, y esta vuelta se llega a una situación absurda en la que no se sabe quién ganó.
ResponderEliminarEn realidad el sistema ya se cambió una vez a un sistema que tampoco funcionó y se volvió al actual (del 96 al 2001). No sé que sistema es el que hace falta, pero evidentemente algún tipo de reforma, aunque sea parcial, se necesita. Los tres partidos más grandes están de acuerdo en ello, no sé aún que dicen los otros.