lunes, 12 de octubre de 2009

Solución salomónica

Cuenta la Biblia, en Reyes I capítulo 3, que dos mujeres se presentaron ante el Rey Salomón reclamando la maternidad de un mismo bebé. Salomón ordenó traer una espada para partir el niño y entregar una mitad a cada una. Una de las mujeres estuvo de acuerdo, la otra pidió que no lo mataran y prefirió que el niño siguiera con vida aunque no fuera ella quien se lo quedara. Así reconoció Salomón tres mil años antes de los tests de ADN, que la segunda mujer era la verdadera madre y ordenó dejar al niño sano y salvo en sus manos.

Escuché una vez en un programa de radio a un oyente que comparó el conflicto palestino-israelí con el de las dos mujeres de la leyenda bíblica. Según él, el pueblo que está dispuesto a hacerlo todo para que la Tierra de Israel permanezca entera y no sea dividida a la mitad como Salomón quería dividir al niño, es la "verdadera madre", el legítimo propietario del terreno disputado. El oyente sostenía que los palestinos son los verdaderos dueños, puesto que prefieren matarse antes que ceder un centímetro de territorio. Podría aplicarse esa misma lógica a los extremistas de ambos bandos, más dispuestos a derramar su sangre y la de sus hijos que a conceder un milímetro del que consideran su territorio.

En mi opinión, se trata de una interpretación muy retorcida. El oyente perdió de vista dos detalles fundamentales. En primer lugar, la verdadera madre en el cuento es aquella que está pronta a renunciar a lo que le es más preciado con tal de evitar el derramamiento de sangre, en todo caso la "verdadera madre" en el conflicto sería aquel que está listo a hacer "concesiones dolorosas" con tal de evitar que sus seres queridos sigan corriendo peligro de vida. En segundo lugar, un pedazo de tierra no es lo mismo que un ser humano y dividir un terreno no es lo mismo que cortar a una persona a la mitad. La tierra no "se muere" si se divide a la mitad, los que viven o mueren son los seres humanos, y en este caso postergar la división lleva a más muertes. No hay que personificar a la tierra, referirse a un territorio como si tuviera cualidades humanas como la vida o la libertad, esa personificación de la tierra es una síntoma de fanatismo, propio de quienes aman a la tierra más que a los propios hijos.

Cuando se libera un territorio, no es el suelo el que es liberado, son las personas que viven sobre él. Cuando se ocupa un territorio, no es el suelo el oprimido, sino las personas que viven bajo el régimen de ocupación. Por eso Cisjordania es un territorio ocupado, pero Jerusalén del Este y los Altos del Golán no lo son, aunque hayan sido conquistados en la misma guerra, puesto que los habitantes de Jerusalén y el Golán - tanto árabes como judíos - viven bajo una misma ley y son acreedores a la ciudadanía israelí igual que en Haifa o Tel Aviv.


Articulos recomendados:
* "Muerte o unga-unga" a la Netanyahu de Marcelo Kisilevski.
* A quién pertenece Tierra Santa.

7 comentarios:

  1. Creo que extrapolar textos de hace más de mil años (y con esto creo que meto a todos los textos sagrados que puedan existir) a la realidad actual sólo puede dar lugar a equívocos y a graves conflictos. Más valdría a Israelíes y palestinos ceñirse a sus problemas actuales y dejarse de magias y misticismos.

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  2. Hispa, tú de nuevo por aquí? Qué bueno.

    La realidad y la literatura son cosas muy distintas, pero tienen en común que ninguna se puede entender sin algún tipo de interpretación de por medio. Por lo tanto, cualquier texto de cualquier época, sagrado o no, puede servir de inspiración. Por ejemplo, el artículo de Marcelo que enlazo al final, que utiliza un chiste popular como analogía de la construcción de asentamientos, que a mi me parece muy acertada. Un cuento a veces es una explicación más clara y accesible (aunque a veces también más simplista) que un artículo periodístico o una tesis académica. Fíjate que aquí utilizo la Biblia como un texto literario y no como un texto religioso, mágico ni místico.

    El problema no es "extrapolar" textos de hace tres mil años, el problema es cuando en lugar de como fuentes de inspiración son tomados como manual de instrucciones.

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  3. Perdona si cito mal el Antiguo Testamento. Creo que la Torá no debe ser muy distinta, pero corrígeme en todo caso...

    Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián. Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón. Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes, e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra, y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente. Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida.

    Tal como has dicho, los textos sagrados son una inspiración cojonuda, ideales para solventar los problemas de hoy en día.

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  4. Hispa, el Tanaj o Antiguo Testamento no es un único texto, sino una colección de muchos textos. En griego "biblia" es el plural de libros (la Torá son los primeros cinco). Y de esa colección yo me tomo la libertad de elegir qué textos o qué fragmentos me parecen aprovechables, no para "solventar" los problemas de hoy en día, sino para intentar explicarlos. Por algo elegí ese cuento de Salomón y no las conquistas de Moisés o Josué.

    Así, por ejemplo, muchas personas que rechazan la Biblia en su totalidad, por fragmentos como el que tu citas (y hay muchos más muy parecidos), no tienen problema en tomar prestado el episodio de David y Goliat para criticar a Israel. Lo cual me parece una práctica totalmente legítima.

    Sí tú me lo permites, seguiré utilizando las partes de la Biblia, de la Guía del Autoestopista de la Galaxia (en serio, tengo un artículo pensado sobre el conflicto inspirado en el libro de Douglas Adams), de la guía telefónica, o de cualquier otro texto que se me de la gana.

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  5. Faltaría más. Lo único que pretendía era mostrar lo peligroso de usar esos textos como inspiración para tomar decisiones. Especialmente lo digo porque hay mucha gente (demasiada) que los toma de modo literal. Lejos de mi intención criticar tu libertad de expresarte. En todo caso, mi crítica iría dirigida a la argumentación, nunca a la persona. No quisiera que se me tomara por un troll cualquiera... :p

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  6. Tu crítica no parece dirigida contra mi argumentación. No criticas mi interpretación, que está bastante lejos de ser literal. Lo que criticas es el mero hecho de que interprete ese texto.

    Hay grandes obras literarias que están muy arraigadas en su contexto histórico y geográfico, pero al mismo tiempo contienen elementos que las hacen universales y atemporales. Si puedo leer a Cervantes y preguntarme de qué manera es relevante a mi tiempo y mi lugar, a pesar de estar tan íntimamente ligado a la España de hace 400 años, por qué no hacer lo mismo con la Biblia?

    Con tu crítica, eres tú quien le está otorgando un estatus mágico y místico, desvinculándola de las demás obras culturales. No es bueno tomar la Biblia de forma literal para la vida real, igual que si me gusta el Quijote no quiere decir que tenga que salir a perder los dientes en una estampida de ovejas. Pero negar automáticamente cualquier interpretación sólo porque proviene de allí, es tan peligroso como interpretarla literalmente.

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  7. Hace algunos blogs un troll de a deveras citó unos textos del talmud que por lo menos en el papel, parecían pregonar ciertas enseñanzas de rencor. Otro blogger insertó una liga donde se desmentía cada unade estas en lo particular.

    Un buen amigo me dijo que algunos de estos enunciados si eran ciertos, es decir, que si aparecían tal cual en el libro señalado pero que se había omitido citar las frases completas y que con dicha cita se hubiera entendido de mejor manera su contneido.

    Entiendo que (dejando a un lado la parte histórica o religiosa del tema) la Guemará se escribió posterior a la destrucción del segundo templo en Jerusalen, por lo que posiblemente muchos de esos enunciados pudieran reflejar enojo colectivo o una nueva manera de autoreferirse a fin de garantizar un patrimonio cultural.

    Pero me entra una duda que considero sana hasta en tanto no recaiga sobre lapersona de nadie. ¿habrá algun lector del Talmud que sostenga la literalidad del texto en sus obras y acciones y que oriente sus esfuerzos a la realización de los actos descritos allí?

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