Iahadut HaTorá es un partido político ultra-ortodoxo ashkenazí no sionista. Se oponen a un Estado Judío que no se rige rigurosamente según la halajá (ley religiosa judía). Se diferencian de otros sectores de la ultra-ortodoxia a quienes esa misma oposición los lleva a evitar toda participación política en ese estado que consideran ilegítimo, sectores abiertamente anti-sionistas que no votan ni postulan candidatos a la Knesset. Los miembros de Iahadut HaTorá son quizás muy rigurosos, pero no son tontos, aprovechan su participación en la Knesset y el gabinete para defender sus intereses: obtener presupuestos multi-millonarios para sus casas de estudio (yeshivot) e imponer leyes religiosas al resto de la población. Son un partido pequeño (cinco escaños), pero el sistema parlamentario israelí los favorece, para obtener la mayoría parlamentaria y formar coalición de gobierno, el partido que gana las elecciones debe recurrir a otros partidos más pequeños, es muy difícil formar gobierno y mantenerse en él sin el apoyo de esos "partidos visagra". Así es que los ultra-ortodoxos muchas veces se salen con la suya, incluso con demandas de lo más inverosímiles como la que trato a continuación.
La actitud dual de Iahadut Hatorá hacia el Estado de Israel genera un fenómeno que visto desde afuera resulta absurdo y ridículo. Para no ser partícipes del gobierno laico no aceptan cargos de ministro, pero sí aceptan cargos de sub-ministro (סגן שר) con todas las mismas funciones y potestades que las de un ministro. Cuando se lo proponen, son muy creativos inventando subterfugios que les permiten saltearse las limitaciones que se han impuesto a sí mismos, así pueden ser miembros del gobierno en la práctica sin se serlo en la teoría. Tal es el caso de Yaakov Litzman, sub-Ministro de Salud. Poco importa que se haga llamar Ministro, sub-Ministro, Reina de Inglaterra o Asistente de Lavaplatos Suplente, mientras que haga su trabajo y se dedique a mejorar el sistema de salud pública israelí. Pero no lo hace, a este señor más que la salud de los israelíes que vivimos hoy en día, le preocupa el respeto a unas tumbas centenarias. Llegados al asunto de las tumbas, la creatividad y el pragmatismo fallecen, para proteger tumbas vale desviar carreteras y mover hospitales.
Ya en el 2007 el gobierno de Ehud Ólmert había aprobado el plan para la construcción de salas de emergencias a prueba de cohetes en el sur, pero las obras en Ashkelón no comenzaron debido que en el terreno destinado para dicho fin se encontraron tumbas antiguas, probablemente tumbas paganas del período bizantino. Durante la Operación Plomo Fundido la necesidad de dicha sala se hizo más patente, cuando los cohetes alcanzaron el perímetro del hospital (recuerdo uno que impactó en el estacionamiento, no hubo heridos). Si existiera la seguridad de que no eran tumbas de judíos, se acababa el problema, movían los huesos a otra parte donde no molestaran a los vivos y asunto arreglado, pero ante la duda algunos rabinos importantes insistieron en que las tumbas no se tocan, son los pacientes vivos quienes deben moverse a donde no molesten a los huesos. Otros, como El Gran Rabino de Israel Iona Metzguer, son de la opinión que para salvar vidas se justifica mover las tumbas, argumento que no convence al señor sub-Ministro.
Esta semana, con el apoyo de Netanyahu, el sub-Ministro necrófilo consiguió que el gobierno aprobara mudar la sala a otra localización más lejos del hospital, con el costo adicional de 90 millones de shekels (como si al Ministerio de Salud le sobraran, como si no hubieran israelíes que no pueden costearse sus medicinas) y una demora adicional de meses o años en la construcción. El Director Genereal del ministerio renunció a modo de queja, el gremio de médicos se prepara para protestar. Mientras tanto, desde Gaza retoman el lanzamiento de kassams (un muerto la semana pasada) y los habitantes de Ashkelón siguen siendo escudos humanos para la defensa de las tumbas.
P.D: El lunes que viene empieza la pésaj (pascua judía). Jag sameaj, feliz fiesta.
Véase también: Propuestas para nuevos ministerios.
EL SHOW (perdón, el Plan) DE LA PAZ
Hace 5 años