sábado, 17 de octubre de 2009

Por amor a Judit

Hace tiempo que había caído en mis manos la novela del escritor israelí Meir Shalev, titulada en español: "Por amor a Judit". Ese título tan chicloso me frenó ya desde la tapa las ganas que tenía de leerla. Cuando al final me decidí a empezarla descubrí en la primera hoja, donde aparecen los datos de la edición, que el título original es "כימים אחרים", que se podría traducir más fielmente a "como otros días" o "como otra época". Me imagino que la Ediciones Salamandra eligió el título más romántico por motivos de marketing, pensando en otro público de lectores. Lo que yo quería era aprovechar la oportunidad de leer algo de literatura israelí traducida al español, de la que no hay mucha oferta acá en Israel. Suelo leer también prosa en hebreo, pero disfruto más leyendo en mi lengua madre.

La historia la narra el hijo de Judit, Zeide. Como aclara desde el principio, Zeide no es un apodo sino el nombre propio que recibió de su madre al nacer. Zeide significa abuelo en idish, Judit se lo puso para engañar al Ángel de la Muerte, que al encontrarse con un niño pequeño llamado abuelo, presa de la confusión, se marcha sin llevarse al niño consigo. Zeide cuenta la historia de su madre, quien años antes de la creación del estado llega como empleada a la granja del viudo reciente, Moisés Rabinovitch, para ayudar en las tareas domésticas y la crianza de los dos huérfanos, Oded y Noemí. De paso nos cuenta también su propia historia, la historia del pueblo Kfar David y de algunos de sus habitantes, en particular la de los pretendientes de su madre. De esa mujer que ya ha dejado de ser joven, con su personalidad endurecida por la desgracia, se enamoran los tres: Rabinovitch, el granjero fortachón y deprimido; Globerman, el comerciante de ganado grosero y acaudalado; y Jacob Shceifeld, el criador de canarios persistente y nostálgico. Además de disputarse el amor de Judit, los tres se atribuyen la paternidad de Zeide.

Se ha dicho sobre Meir Shalev que una de las influencias principales sobre sus obras es el realismo mágico de Gabriel García Marquez. En "Por amor a Judit", además de las propiedades mágicas del nombre Zeide, hay pocos eventos sobrenaturales de los que son frecuentes en el realismo mágico. El personaje de Jacob Shceifeld me recuerda a Florentino Ariza de "El amor en los tiempos del cólera", un amante que no se deja amedrentar por el rechazo inicial ni el transcurso de las décadas, aunque ese sea un motivo que puede provenir de otras fuentes. La influencia de García Marquez se siente más que nada en el manejo del tiempo de la narración, ese vaivén de saltos en el tiempo que van armando la historia como pinceladas pintando un cuadro, trazando una línea narrativa que avanza con claridad del pasado al presente, pero que a la vez genera cierta sensación de simultaneidad de los eventos narrados. Otra influencia notoria en la obra de Shalev, es la literatura floklórica judía de Europa oriental, los cuentos de las aldeas judías de Polonia o Ucrania como los de Bashevis Singer y Sholem Aleijem. La narración se va tejiendo entre las biografías de los ditintos personajes, entre la primera y la tercera persona, entre los testimonios que Zeide recaba y los baches que llena con su imaginación o deja sin cubrir adrede, entre Kfar David, los caminos a Haifa y Jerusalén, y las aldeas de las que provienen sus tres padres. Se forma así un tejido narrativo rico, variado y atrapante.

Me sorprendió el lugar secundario que ocupan los eventos violentos ocurridos en el lapso de tiempo que cubre la novela, que empieza en los años treinta y se extiende por varias décadas. Pareciera que prevalece la visión romántica de Jacob Shceifeld, según la cual los horrores bélicos de aquella época no son más que elementos subordinados a la historia de amor. Salvo por el tema de la inmigración y el desarrollo agrícola, el contexto histórico queda relegado, la geografía y la fauna de la región ocupan un lugar mucho más central. Shalev se aparta de la temática local y apunta a los temas universales: el tiempo, el amor, la paternidad y la muerte.

3 comentarios:

  1. Hola, RTB612: Es que la novela de Shalev no se titula כימים אחרים sino כימים אחדים, es decir, no «En otra época» sino «Como [si hubieran sido] unos pocos días». La frase está tomada de Génesis, cap. 29, v. 20: «Sirvió, pues, Jacob por Raquel siete años, que resultaron a sus ojos como unos días, dado su amor por ella». La traductora al español, Ana Bejarano, que es una traductora bastante competente, tomó la parte del versículo al que aludía Shalev en su título que podía resultar más evocador para un lector poco familiarizado con la Biblia hebrea. El «Por amor a Judit» evoca precisamente el «dado su amor por ella». Muy buena novela, eso sí, como bien dices.

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  2. Jesús, gracias por la aclaración. Tiene sentido, el Jacob de la novela se compara a sí mismo con el Jacob bíblico y hay varios paralelismos entres los dos personajes. Más tarde corrijo el texto del post.

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  3. Está muy bien escrita esta reseña y basta con leerla para querer leer el libro. Y ¡qué hermosa cita de la Biblia, ese "sirvió siete años que por amor de ella le parecieron siete días!" ¿Qué más se puede decir del amor de un hombre por una mujer? El enamorado pierde la noción del tiempo.

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