miércoles, 30 de julio de 2008

Ólmert anuncia que renunciará en septiembre

En un comunicado de prensa que emitió hace poco más de una hora el Primer Ministro de Israel, Ehud Ólmert, anunció que no se presentará a las elecciones internas de su partido político Kadima a realizarse a mediados de setiembre. Tras la elección Ólmert dejará su puesto de Primer Ministro.

Esta buena noticia se puede resumir en dos palabras: ¡por fin!

Tendría que haber renunciado tras el final de la Segunda Guerra del Líbano. Tendría que haber renunciado tras la publicación del informe preliminar de la Comisión Winograd que puso de manifiesto la forma apresurada e irresponsable en que tomó decisiones que causaron la muerte de decenas de israelíes y cientos de libaneses, sin siquiera tener claro cuales eran los alcances de las operaciones militares que estaba aprobando. Debió haber renunciado tras la manifestación de más de cien mil ciudadanos que así lo exigieron luego del informe. Debió haber renunciado luego de que se retiraran el Ministro de Defensa Amir Peretz y el Comandante en Jefe del Ejército Dan Jalutz, dejándolo como el último de los principales responsables de la guerra que aún queda en su puesto. Debió haber renunciado cuando el informe final de la Comisión Winograd consolidó las conclusiones del informe preliminar. Debió haber renunciado cuando salió a luz nada menos que la quinta investigación policial simultanea en su contra por sospechas de corrupción. Debió haber anunciado su renuncia luego que el empresario Morris Talansky atestiguó como acostumbraba durante años a hacerle entregas de "donaciones" en efectivo, "donaciones" que Ólmert nunca reportó como exigen las leyes israelíes. Debió haber anunciado que renunciaría cuando salió a luz sexta investigación en su contra hace pocas semanas, por la sospecha de que estafó a varios organismos públicos cobrando recibos duplicados y triplicados por sus viajes al exterior, quedándose con el dinero para pagar luego los viajes de sus familiares. No renunció ni anunció que renunciaría entonces, esperó a que la Espada de Damocles que pendía sobre su cuello se acercara hasta pincharlo.

Ojalá que Israel no tenga nunca más que sufrir otro Primer Ministro tan incompetente y tan desvergonzadamente corrupto como lo fue Ehud Ólmert. Esperemos que al menos de todo esto salga algo bueno, que todos los próximos aspirantes al poder sepan que no son inmunes, que se presenten para al cargo sólo aquellos que no tengan nada que temer de un severo escrutinio de su actuación en cargos públicos anteriores.

Dentro de poco ofreceré un análisis de los principales candidatos a suceder a Ólmert.

Relacionadas:

1 comentario:

  1. Pues espero con ansia el próximo post, entonces. El interrogante obvio que surge ahora es qué va a pasar de aquí en adelante.

    ResponderEliminar